lunes, 5 de abril de 2010

Suspiros de España

Carlos Carnicero señala hoy en El Plural que “José Luis Rodríguez Zapatero puede presumir que la corrupción no ha crecido a su alrededor. Pero estamos en una sociedad que no premia la honradez sino la eficacia”. Faltan dos años para las elecciones generales y aquí estamos, a verlas venir. Los brotes verdes se marchitan; posiblemente el Banco de España deba intervenir algún banco o caja de ahorros; los pisos no se venden; la planta de Figueruelas empieza a fabricar el nuevo “Meriva” a la espera de que tenga una positiva respuesta en el mercado; la jerarquía cierra filas en torno al Papa; Álvarez Cascos “amenaza”-¡horror!- con volver a la política activa; y, sobre todas las cosas, la filóloga María Hernández descubre en Évora unos versos atribuidos a Quevedo: “"Piojos cría el cabello más dorado,/ legañas hace el ojo más vistoso,/ en la nariz del rostro más hermoso/ el asqueroso moco está enredado" que, a mi entender, superará con el tiempo a su “Gracias y desgracias del ojo del culo, dirigidas a doña Juana Mucha, montón de carne, mujer gorda por arrobas”, y firmado por un Francisco de Quevedo que utilizó como pseudónimo el de Juan Lamas el del camisón cagado. En fin, entre todos la cagaron y ella sola se murió. “La honradez y la eficacia es la síntesis de la calidad democrática, y crucial en nuestro proyecto político”. Son palabras textuales de María Luisa Carcedo, secretaria de Desarrollo Socioeconómico y Programas de la FSA-PSOE, pronunciadas en unas jornadas sobre “Calidad de la democracia: situación y desafíos”, celebradas en Gijón el mes pasado. Quevedo, en cambio, aclara que “lo que se queda en el pañuelo de la boca es gargajo, y lo de las narices moco, y lo de los ojos legañas, y lo de los oídos cera; pero lo que queda del culo en la camisa es palomino, nombre de ave regalada”.

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