Dimitió Ruiz Gallardón y aquí no ha pasado nada. Ayer por la noche, Rajoy se marchaba a China buscando
acuerdos económicos y sin hacer crisis de Gobierno. A rey muerto, rey puesto. Rafael Catalá, el ministro entrante, es
un todoterreno, hasta ahora secretario de Estado de Infraestructuras,
Transportes y Vivienda del Ministerio de Fomento y que ya fue secretario de
Estado de Justicia con José María
Michavila. Ya veremos ahora cuál será el futuro de AENA También hoy aparecía en rueda de prensa el ministro del
Interior, Jorge Fernández Díaz, para
comunicar que había sido detenido en Santander el presunto pederasta de Ciudad Lineal, para lo que se
había contado hasta con la ayuda del FBI.
Tenía entendido que el pederasta al que se buscaba no tenía antecedentes
penales y de ahí la dificultad policial para detenerlo. Resulta que el presunto
pederasta detenido, un hombre de 42 años, sí tenía antecedentes penales por
violencia de género y abusos a menores. Y la pregunta que ahora muchos ciudadanos nos hacemos es la
siguiente: ¿El hoy detenido es la persona buscada? Personalmente tengo mis
dudas. Espero que así sea. La verdad es que había psicosis entre los vecinos de esa zona
madrileña. El pasado fin de semana tuvieron que actuar los antidisturbios para evitar el linchamiento de un ciudadano al que
los vecinos habían confundido con el pederasta buscado. Y hoy miércoles el
asunto ha quedado supuestamente resuelto. Muy raro todo. Pero, como decía al
principio, Ruiz Gallardón se ha marchado a su casa y ha dicho que deja la
política aunque no deja la militancia en el PP.
No pasará nada. El anteproyecto de la reforma de la ley del aborto no era de
Gallardón sino de Rajoy, que la llevaba en su programa político. Y Rajoy puso
como excusa que “no pensaba seguir adelante con un proyecto de ley que pudiese ser derribada por
otro Gobierno en el primer cuarto de hora de su mandato”. Hombre, eso pasará
con un montón de leyes en vigor que no gustan a nadie. Quienes no han dimitido
son los 50 diputados que firmaron el recurso para modificar la Ley. Los que sí están
cabreados son los miembros de la Conferencia Episcopal
y un grupúsculo de carcamales que se la cogen con papel de fumar. Pero todo
tiene arreglo en política: a los de la Conferencia Episcopal
concediéndoles más privilegios; a Gallardón, dándole una embajada, como ya se
hizo con el Terror de Perejil el día
que lo facturaron a Londres con valija diplomática. Me huelo que habrá más
dimisiones, pero en los puestos de segunda línea en el staff. Los políticos que aspiran a carguillo ya asoman las orejas
por el despacho de Pedro Arriola,
como diciendo: “¿Qué hay de lo mío?”. Es una pena que todos anden al raque.
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