El alcalde zaragozano Juan Alberto Belloch ha dicho hoy a los
medios en una comparecencia de urgencia que no desea repetir como candidato a la Alcaldía. Entiende
que “así se facilitará el proceso de primarias”. Ahora viene con el conocido
cuento de que “hace mucho tiempo que tomó esa decisión”. ¿De qué me suena eso?
En fin, no voy a comentar sus luces y
sombras ni tampoco la situación en la que deja las cuentas de la Expo 2008, de la primera
línea del tranvía, de la expansión urbanística en el sur de la ciudad, del
sindiós montado con el tema de las bicicletas por las aceras, del incremento de
las terrazas de los bares que no dejan conciliar el sueño a los vecinos, ni de
los aumentos tremendos en las tasas de basura y en el IBI. Que se largue de una
vez y que le vaya bonito. El verano no termina hasta el día 23 de los
corrientes 3, 4, 8 segundo piso ascensor. Las porteras y vecinas, digo las
agencias comentan las bodas de oro de Constantino
y Ana María y sobre la cena ofrecida
ayer por los exreyes en el Museo de la Acrópolis de Atenas, donde estaba presente su
hermana Sofía y donde, al parecer,
se hicieron muchos selfies para el
álbum familiar. Lo que parece increíble es que todavía el papel couché se hagan
eco de ese tipo de noticias. El antiguo rey de los helenos, en la actualidad
con pasaporte diplomático danés, residente en Londres hasta el año pasado y
perteneciente a la Casa de
Schleswig-Holstein-Sonderburg-Glücksburg, está en el mismo rincón escondido
de la Historia
que los miembros de la Casa de Sajonia-Coburgo-Gota, o que los
miembros de la Casa del
rey del cuento de “El enano saltarín”. Si hoy viviese Saturnino Calleja se haría de oro
merced a ciertos pisaverdes de opereta, que portan uniformes llenos de medallas
y entorchados pero que jamás dieron un palo al agua.
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