Dave Smith y un grupo de
ingenieros se han devanado los sesos hasta conseguir el LiquiGlide, un revestimiento
lubricante no tóxico que se adhiere a las paredes de los frascos de ketchup y
de mayonesa y que es capaz de extraer hasta las últimas gotas en ellos contenidas. Parece una tontería,
pero tal lubricante es capaz de ahorrar hasta un millón de toneladas de ese
producto que siempre queda en el interior del frasco que y tiramos a la basura.
A mí se me ocurre que, posiblemente, el señor Smith se habrá fijado en la
técnica de los supositorios Rovi contra
el estreñimiento hasta dar en el chiste, o en la vaselina boricada Brum, que ayuda lo suyo en ciertas
penetraciones que no voy a explicar aquí, pero que por una ingestión accidental
también puede producir erupciones eritematosas de difícil manejo clínico. Al
señor Smith y su combo de ingenieros, a los que imagino como a los miembros de
la orquesta de Pérez Prado, habría que pedirles por el bien de la democracia
que inventasen algo, lo que fuere, con lo que poder untar el peto y el espaldar
a determinados políticos incompetentes, o que se lo llevan crudo; y que, de esa
guisa, salieran escopeteados fuera del Hemiciclo, o de los Consejos de
Ministros, o de los ayuntamientos, o de las Comunidades Autónomas, camino del
sumidero más próximo. No puede ser que en España nadie devuelva lo robado, o
que tengamos que aceptar los ciudadanos algunas leyes absurdas aprobadas, eso
sí, por unos diputados que, aunque reconociendo of the record que son nefastas, se “vieron obligados” a apoyarlas
en sede parlamentaria por disciplina de
partido. No, mire, usted se debe a los ciudadanos, no a aquel oligarca que le
colocó el tercero en la lista por
Segovia. Y si se mueve y no sale en la foto, o no le colocan en la lista en los
siguientes comicios, pues dedíquese a lo que se había dedicado siempre, que no
pasa nada. La política es para servir a los ciudadanos durante un tiempo breve,
no para hacer de ella un modo de vida y encima gozar del privilegio de aforamiento.
Por eso digo que habría que inventar un LiquiGlide
que sanease las instituciones democráticas y evitase esa diverticulosis que
atrapa mierda en las bolsas de las tripas de las instituciones y que tan graves problemas
causa la sociedad. El ejemplo de los ERE en Andalucía o de la familia Pujol en
Cataluña en nada ayuda a remediar el mal trago de la tremenda crisis económica
instalada, que afecta a gran parte de los ciudadanos y que no lleva visos de
solución.
No hay comentarios:
Publicar un comentario