Parece ser que el ministro Ruiz Gallardón lleva en la cabeza
suprimir determinados partidos judiciales. Curiosamente, los ciudadanos de la Ciudad de doña Elvira, ante
el peligro de que desaparezca el juzgado (en este caso único, de primera instancia
e instrucción) y deje de ser cabeza de partido, han constituido una plataforma
en defensa de la Justicia. Y
entre los indignados se encuentran un
exalcalde, un expresidente de la Diputación Provincial
(que bien podría ser ese exalcalde) el sindicato UGT y diversas asociaciones:
de transportes, de fontaneros, el Consejo Regulador del queso y los respectivos alcaldes de Távara (con “be” o
con “uve”, que tanto da) y de Coreses. El sindicato UGT debería encomendarse a Pablo Iglesias ( no al de Podemos sino
al otro, a ese ferrolano al que de niño le llamaban Paulino y que antes de morirse dejó en un cajón de su despacho un
sobre con mil pesetas para ayuda al periódico “El Socialista”) para que no le
abran la caja de Pandora de sus despachos, también los de CC.OO, por orden de
ese juzgado, como ha sucedido en
Andalucía con el caso de los ERE falsos, y la Operación Heracles,
donde la juez Ayala ha verificado un
informe de la Guardia Civil
por el que se cifró en 7’6 millones de euros el dinero transferido a entidades
vinculadas directamente con ambos sindicatos entre los años 2000 y 2010. O que
todo esté en orden, que también es posible. Pues bien, sobre la D.O “Queso zamorano” no tengo
nada que decir, salvo que entre las ovejas churras y castellanas se encuentre
alguna oveja de raza assaf, originaria de Israel y procedente del cruzamiento
de una oveja Awassi y un macho de raza
Milschschaf, cuya leche no se puede utilizar en la confección quesera
con esa Denominación de Origen. Desconozco el motivo sobre si la leche israelí
es buena o mala. Eso habría que preguntárselo a los filisteos del ghetto de
Gaza y a la Autoridad Palestina,
aunque presumo conocer la respuesta. Pero lo que más me asombra en esa protesta
por la posible desaparición de los juzgados es el malestar causado entre la
asociación de fontaneros. ¿Es que los toresanos no hacen frente al pago de sus
facturas? No sé, no sé…
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