Elena Arzak señala en
una reciente entrevista que a la gastronomía española le falta autoestima. Lo
que más me ha sorprendido de esa entrevista es que, en un momento dado, Elena
cuenta que le encanta una pimienta de Sicuani (China) que anestesia la boca. Hombre,
reconozco que he comido en algunos restaurantes de Zaragoza que se tienen por
serios que deberían usar esa pimienta a menudo, para que el cliente, al salir
del local, no se acordase del árbol genealógico del cocinillas presuntuoso con
ínfulas de chef. Yo no sé si a la
gastronomía española le falta autoestima. Si Elena Arzak lo afirma, así será.
Pero de lo que sí estoy seguro es de que a la gastronomía aragonesa le sobra
osadía. Por estos pagos, un cocinero que te prepara unos humildes “huevos
rotos” se cree chef de Casa Lucio. Y todos sabemos que para su
confección sólo es necesario freir unas patatas (para mí que sean siempre
blancas, de la variedad Mona Lisa) en
aceite de oliva, echar sobre ellas unos huevos fritos “con puntillas” y
acompañarlos con virutas de jamón, o setas, o bacalao…, según el gusto del
consumidor. En algunos establecimientos de comidas presentan ya los platos con
los huevos revueltos en las patatas. En otros, los dejan enteros para que el cliente
lo haga. Lorenzo Díaz, autor del
libro “Lucio. Historia de un tabernero”
(Ediciones B. Barcelona, 1ª edición, 1996) escribe en la página 105 que “Lucio
nunca sospechó que con los huevos
estrellados que aprendió a hacer en casa de su madre en tiempos que se
aprovechaba todo se chuparían hoy los dedos desde Santiago Carrillo al primer ministro Helmut Kohl, a quien da gusto verle comer porque se le pone la cara
de alegría que parece un chaval de 25 años”. Hoy Lucio Blázquez ya pertenece a la “marca España” y su restorán de la madrileña Cava Baja cuenta
con gran cantidad de devotos, entre ellos el anterior monarca. Pero antes decía
que a la gastronomía aragonesa le sobra osadía. Me explico. En España existe la Real Academia
Española de Gastronomía (RAG) que preside Rafael
Ansón. La RAG
se fundó en 1980 como una asociación cultural sin ánimo de lucro. El
Rey le concedió el 19 de
noviembre de 2008 a esa asociación
cultural el título de Real, que fue ratificado por el Consejo de Ministros el 25 de junio de 2010 mediante Real
Decreto que le otorgó la condición de corporación de derecho público y aprobó
sus estatutos. El caso de Aragón es parecido. Se fundó como asociación
cultural el 1 de abril de 1995 y se adaptó posteriormente a la
Ley Orgánica 1/2002 de 22 de marzo. De
entonces a ahora ha publicado diversos trabajos, algunos muy interesantes.
Pero, ¿si se trata de una asociación cultural, por qué le llaman academia? A mi
entender, la Academia Aragonesa
de Gastronomía es el lugar en el que se reúnen unos asociados aficionados a los
fogones para tratar cuestiones culinarias archisabidas, leer unos discursos
interminables de ingreso en el cogollo del management y más tarde publicarlos en forma de cuaderno,
a ser posible con la ayuda de la Institución Fernando el Católico de la Diputación Provincial
de Zaragoza, es decir, con el dinero del contribuyente.
lunes, 31 de agosto de 2015
domingo, 30 de agosto de 2015
Termina agosto
El verano declina lentamente, los páramos amarillean, los
días se acortan dos minutos diarios y las aves calientan sus alas para tenerlas a punto al inicio de sus viajes migratorios.
De la misma manera, acontece que algunos mendigos que rondan las parroquias a
la hora de los oficios desaparecen para siempre. Nunca vuelvo a saber qué habrá
sido de ellos; si habrán cambiado de zona, o estarán durmiendo el sueño eterno,
impregnados en formol y a la espera de ser diseccionados por los estudiantes de
Medicina. A los pocos días aparece otro mendigo para cubrir esa vacante. En el
mundo de la indigencia también existen los escalafones y las antigüedades.
Aquel que se cree con mayor derecho, se pone a la puerta del templo y saluda a
los parroquianos que van entrando con la dignidad de un portero de hotel. Y a la caída de la noche se
hace fuerte en un cajero automático y espera a la madrugada, que es cuando
aparece una furgoneta de Cruz Roja
con un termo de café o caldo caliente. Y así todos los días, hasta que dejo de
verlo. Entonces aparecerán otros vagabundos para tomar el relevo de los
“desaparecidos” de la noche a la mañana. Hay situaciones de la vida que no
requieren de concurso oposición para cubrir a los ausentes. Son personas
desarraigadas, pero no más tontos que Abundio,
que pasado mañana es su onomástica;
ni más desgraciados que el Pupas,
que se cayó de espaldas y se partió la picha Detrás de todos ellos hay un vida llena de
desamor y de soledad no deseada. Si a alguno de ellos le preguntas el por qué
de su situación, lo más fácil es que te conteste que “son cosas de la vida”. No
necesitan de censos municipales ni de empadronamientos. Son visibles pero no
constan. Saben que nada resulta duradero. Y el problema de su existencia no lo
arregla ni una varita mágica ni una vara de mando. Sólo el paso del tiempo,
embriagador y recurrente, que todo lo devora.
sábado, 29 de agosto de 2015
Entre lerdos anda el juego
Lo más interesante de la prensa es, a mi entender, el
artículo de Juan José Millás,
titulado “El niño y la pistola”.
Millás cuenta que “llega uno del quiosco con el periódico debajo del brazo y
con la camisa llena de la grasa que sueltan las noticias, adobadas también con
un poco de cebolla frita de bote y pepinillos. Ahora mismo, lo más difícil de
ordenar en un diario son las noticias. ¿Dónde colocamos, por ejemplo, que el
Banco de España se dispone a llevar a cabo una encuesta entre 20.000 hogares
para evaluar nuestros conocimientos económicos? ¿Ha evaluado el Banco de España
los suyos? Según nuestras noticias, no. Gran parte del desastre bancario
padecido por este país, y repercutido en sus sufridos ciudadanos, se debe a la
ignorancia del Banco de España, que no se dio cuenta de que las Cajas, en vez
de hacer finanzas, estaban haciendo hamburguesas. Con mucha materia fecal, por
cierto. Para tapar los huecos”. (…) “Las preferentes vienen a ser las
hamburguesas de la economía, pero se les escaparon vivas al Banco de España
porque solo se alimentaban de ellas los jubilados. Ahí es precisamente donde se
dirige Linde, a los jubilados del
futuro, a quienes aconseja abrirse planes privados de pensiones con los que la
banca juega como un niño con una pistola. Estudien, si no, la rentabilidad de
estos planes en los últimos años”. Hay otras noticias que nos dejan tarumba,
que leemos de corrido y pasamos página buscando el crucigrama. Ahora resulta
que Sanidad pretende que los “sin papeles” acrediten que no tienen recursos. Es
como si al pobre que vive debajo de un puente, para poder dormir en el albergue
municipal, se le exigiera presentar en el Ayuntamiento el último recibo pagado
del IBI. Luis María Linde, como responsable del Banco de España, debería
dejarse de de dar consejos a los ciudadanos y preocuparse de que, por ejemplo,
no existan entidades bancarias que cobren dos veces por un mismo servicio.
Recuerden a su anterior colega, Fernández
Ordóñez, más interesado en las reformas laborales para abaratar los
despidos y pagar menores salarios que en investigar a las Cajas tóxicas, como
era su obligación. Como bien señala El
País, “el real decreto que en 2012 dejó fuera de la asistencia sanitaria
normalizada a los inmigrantes sin residencia legal en España —solo urgencias,
embarazadas y menores— prácticamente no fue respetado en ninguna comunidad
autónoma, ni siquiera las del PP. El ministro de Sanidad, Servicios Sociales e
Igualdad, Alfonso Alonso, debería
hacérselo mirar. A estas alturas de la Legislatura, Alonso pretende que los indigentes
presenten la Declaración
sobre la Renta
para que el médico pueda prescribir a los desheredados de la fortuna una
receta, como las que prescribe Linde, contra la bronquitis. ¡Hace falta ser
lerdo!
viernes, 28 de agosto de 2015
Ochos, pueblo fantasma
Miguel Martínez Tomey
(Zaragoza, 1964), licenciado en Historia, en su trabajo “Ochos: un pueblo aragonés inexistente, en el Diccionario de
Madoz", publicado en Argensola: Revista de Ciencias Sociales del
Instituto de Estudios Altoaragoneses (número 101, 1988, pp. 211 a 216), descubre que
abriendo el volumen XII del Diccionario geográfico-estadístico-histórico de España y
sus posesiones de Ultramar de Pascual
Madoz (página 217) se puede leer de
forma resumida que Ochos es un ayuntamiento en la provincia de Huesca, partido
judicial y diócesis de Jaca y audiencia territorial de Zaragoza, situado sobre
una peña cerca de un arroyo, consta de 22 casas, cárcel, fuentes, escuela de
primeras letras y una iglesia construida en 1812, por haber sido quemada la
anterior el año 11 (sic) por los
franceses. [Aquí hay algo que no parece exacto. En un año mal se pudo levantar
la nueva iglesia]. Confina al norte con Panticosa, al este con Bubar (sic) [
Madoz habrá querido referirse a Búbal] y al oeste con Escarrilla. El terreno es
cascajoso y de pizarra, todo secano, siendo sus principales montes el Paco y la Peña, que están aislados. La
correspondencia se recibe de Bisecas. Martínez Tomey señala a pie de página que
ha hecho comprobaciones relacionados con el Valle de Tena en la documentación
de la Diputación Provincial
de Zaragoza, en el Archivo Histórico Provincial de Huesca, en el Archivo
Municipal de Tramacastilla y en diversos archivos particulares en el periodo
que va desde 1845 a
nuestros días sin obtener referencias. De la misma manera, se ha documentado en
una edición facsímil de Fr. León Benito
Martón titulado Sallent, cabeza de El Valle de Tena, sus antigüedades y varonías
insignes que ha tenido en Armas y Letras (Pamplona, 1750); en Plausibles antigüedades del célebre
santuario de Santa Elena (ed. facsímil del Ateneo de Zaragoza, 1983); ha
consultado los tres volúmenes correspondientes a Los pueblos y los despoblados de la Historia de Aragón (Agustín Ubieto Arteta, Anúbar ediciones, Zaragoza, 1984-86), etc.,
sin conseguir resultados que confirmen la existencia de Ochos. En ese sentido, Martínez Tomey se pregunta:
“¿A qué obedece, entonces, la existencia de esta voz presenta como perteneciente
al Valle de Tena?”, concluyendo que “este núcleo no ha existido nunca en
Aragón, al menos con ese nombre”. Lo malo es que a Pascual Madoz tampoco
podemos preguntárselo, ya que le sorprendió la muerte en Génova durante el
viaje que hizo junto a la legación que
se trasladó hasta Florencia para ofrecer la
corona de España a Amadeo de
Saboya. Dejémoslo así. Ochos es, sin duda alguna, un lugar fantasma que
bien hubiese merecido una leyenda de Bécquer.
Un libro para llevar a la piscina

jueves, 27 de agosto de 2015
La patata caliente
El reciente hallazgo de un camión con semirremolque frigorífico y
cincuenta cadáveres en su interior muertos por sofocación pone de manifiesto
que los nuevos negreros, la mafia de los traficantes que se enriquecen del
tráfico de seres humanos en condiciones peores que si de ganado se tratara,
sigue siendo una realidad palpable. Según leo hoy en El País, "el camión estaba estacionado, en el arcén de la autopista
A4, entre el lago Neusiedl y la localidad de Parndorf, en el Estado federado de
Burgenland. Fueron los empleados del servicio de la autovía quienes lo
localizaron, aunque las autoridades creen que llevaba allí bastante tiempo” (…)
“Decenas de miles de refugiados, en su mayoría de Oriente Próximo, tratan de
alcanzar la Unión
Europea para huir de la guerra y la miseria. Serbia y
Macedonia son dos Estados clave en el tránsito de estas personas hacia
territorio comunitario. El miércoles, al menos 50 personas murieron por asfixia
en el interior de una barcaza que cruzaba el Mediterráneo desde Libia y en
dirección a Italia. Los fallecidos viajaban en la bodega del barco, la zona en
la que viajan aquellos que menos dinero pueden pagar por los pasajes”.Parece
curioso, sin embargo que Merkel apele al “espíritu europeo de solidaridad”, cuando
todos los países, incluido Alemania, se pasan la patata caliente de mano en
mano. Hasta Suiza, donde sus ciudadanos se la cogen con papel de fumar, estudia limitar la entrada de españoles, portugueses e italianos
en su territorio por el “efecto llamada”. A los suizos sólo les interesa que
entre dinero, no importa su procedencia, en sus entidades bancarias. Ya saben el dicho: “dinero acá,
indiano allá”. Muchos europeos, sobre todo de extrema derecha, creen que inmigración
es sinónimo de inseguridad y aumenta la xenofobia. La UE nunca prestó mucha atención al problema emigratorio cuando
necesitaba mano de obra barata. El caso de España, con la construcción y hasta que se pinchó la burbuja inmobiliaria, fue de
libro. Y de eso sabe mucho José María Aznar.
Pero ahora las cosas han cambiado con la crisis económica y la UE ya habla de cupos de
admisión e incluso está dispuesta a
aumentar la presencia de misiones
de rescate en el Mediterráneo para afrontar un problema muy gordo que se le va de las
manos. Eso demuestra una ingenuidad tremenda.No se pueden poner puertas al campo.
El método interpretativo
El pasado día 25 de julio, bajo el título “El agujero de Rudi”, escribía un chat en el que venía a decir que se
había detectado en la DGA
un agujero de 570 millones de euros, de los que 351 pertenecen a la consejería
de Sanidad, y de ellos, 50 a nóminas. De la misma
manera, en Educación existía otro agujero, también correspondiente a nóminas de
otros 50 millones. Ahora –señalé entonces- se entienden las prisas de Luisa Fernanda Rudi de vender inmuebles
con urgencia. Lo malo es que, de momento, no existe comprador. Curiosamente,
apenas una semana antes de la fecha de aquel escrito, Rudi se había
entrevistado en Calatayud con 60 alcaldes de la provincia de Zaragoza, todos de
la cuerda, y les decía que “para las elecciones generales tenemos que recuperar
a quienes confiaron alguna vez en nosotros y demostrarles que pueden volver a
hacerlo”. Para mayor abundamiento, la expresidenta de Aragón incidió en que “el
esfuerzo compartido no puede ser malbaratado y dejado en manos del populismo”.
¡Ya salió la alargada sombra de Podemos! Pues bien, entonces también señalé que
podrían salir más “pufos” cuando se mirase debajo de las alfombras, es decir,
cuando se hiciese una seria auditoría. A día de hoy, El Gobierno de Aragón ha
fijado en unos 800 millones de euros el desfase presupuestario de la Comunidad, en palabras
de Vicente Guillén, consejero de
Presidencia. Dicho en cristiano: en Salud hay 700 millones de euros de desfase,
de los que 338 corresponden a farmacia y 83,7 al capítulo 4; en Educación,
65 millones en el capítulo 1 (gastos de personal); 15,4 millones de la
educación concertada; y, en Servicios Sociales, 16,5 millones en dependencia.
Pero no pasa nada. A Rudi la premiaron
con un escaño en el Senado para seguir aforada y cobrando del Erario
Público a falta de mejor cosa que poder mangonear a su antojo; Javier Lambán tendrá que bailar el
tango “La noche triste” con la más
fea; y los ciudadanos, impasible el ademán, permaneceremos atentos a lo que
suceda en un escenario de cuchitril donde se representa una obra que no
entendemos ni nos divierte, conscientes los espectadores de que la democracia
nada tiene que ver con Stanislavski, el
tocino con la velocidad y el culo con las témporas.
miércoles, 26 de agosto de 2015
Botafumeiro
Ahora resulta que unos investigadores chinos de la South China
University of Technology de Cantón acaban de descubrir que el humo
procedente de la quema de incienso es peor que el humo del tabaco y que las
partículas de ese humo inhalado quedan atrapadas en los pulmones, lo que puede
causar una reacción inflamatoria y, según estudios previos, también está
relacionado con el cáncer de pulmón, la leucemia infantil y el desarrollo de
tumores cerebrales. Ahí es nada. Yo sabía que tener malos humos era equivalente
a enfadarse y llenarse de soberbia y vanidad como consecuencia de la ira. La expresión proviene de la antigua costumbre
romana de pintar los atrios de los antepasados miembros de una misma familia, que con el tiempo resultaban dañados
por las inclemencias del tiempo y los humos. De aquellos atrios que presentaban
peor aspecto se decía que tenían muchos humos, lo que confería para los
moradores un símbolo de prestigio. Ahora hará falta saber qué opina el titular
de la archidiócesis de Santiago de
Compostela, Julián Barrio Barrio,
nacido en 1946 en Manganeses de la
Polvorosa, el pueblo zamorano que tuvo la fea costumbre hasta
2002 de que los quintos lanzaran al vacío una cabra desde la torre de su
iglesia, con la esperanza de que la recogieran otros mozos antes de que se
estrellara contra el suelo. Lo más normal era que el pobre animal muriera de un
modo parecido al de Claudio Guerin,
cuando se cayó de la torre de la iglesia de Noya mientas rodaba La campana del infierno. Pero a lo que
iba. Ahora, en vista de lo que afirman los investigadores chinos, deberíamos
saber de buena mano qué opinión le merece ese descubrimiento al Cabildo
Metropolitano, si el botafumeiro (que
significa en gallego “esparcidor de humo”) va a seguir cumpliendo con su función en la Catedral o, por el
contrario, lo columpiarán sin que arda la candela. Si eso aconteciera, dejarían
de entrar los turistas para ver el espectáculo y los ocho tiraboleiros que bailan el armatoste deberían cambiar de oficio.
Dicho armatoste pesa 53 kilos y tiene metro y medio de altura. En 1499 se
desprendió de sus cuerdas y salió por la Puerta de Platerías como alma que lleva el diablo
estando presente Catalina de Aragón
(quinta hija de los Reyes Católicos),
que entonces tenía catorce años. Lo mismo sucedió en los años 1622 y 1937. En ninguno de los tres casos
hubo víctimas. El actual botafumeiro
es de latón bañado en plata y fabricado en 1851. El anterior se cuenta que lo
robaron los franceses en 1809. Es caso es que se esfumó como el Códice Calixtino, solo que en aquellos
tiempos de la Guerra
de la Independencia
no había nacido todavía el electricista José
Manuel Fernández Castiñeiras para poder echarle la culpa. El botafumeiro
sólo funciona una docena de veces al año, salvo que algún caprichoso turista
desee contemplar su funcionamiento, previo pago de 300 euros por adelantado.
Por ese dinero yo creo que los tiraboleiros
hasta le pueden cantar a coro al visitante “Catro
vellos mariñeiros”. Otra solución posible podría consistir en sacar el botafumeiro al centro de la Plaza del Obradoiro. Los
humos se disiparían como sucede en los veladores con el humo de los cigarrillos
desde la ley antitabaco. Claro, a los actuales tiraboleiros habría que sustituirlos por trabajadores con contratos
a tiempo parcial, como sucede con los camareros de mesas en la Costa Dorada.
martes, 25 de agosto de 2015
Albondigada
Ya hay concursos para todos los gustos. De hecho, el próximo
sábado tendrá lugar en el municipio de Tabuenca (Zaragoza) el X Concurso de Comedores de Albóndigas,
la ya famosa “albondigada”. El primer premio: 500 euros, estuche de vino y
diploma de participación. El récord
actual está en 100 albóndigas de 25 gramos cada una, y se
estableció el pasado año sin que el tripero ganador, Sergio García García, vecino de La Muela, que después se bebió un pacharán, reventase como un butrino. Según leo en el diario Heraldo de Aragón, esas albóndigas (cocinadas por el Restaurante Las Ruedas) “están
elaboradas a base de magro de cerdo, harina de soja, pan rallado, pimienta
negra, sal, ajo, perejil y algunos conservantes y antioxidantes". Según las bases del concurso, "los
participantes, que no podrán abandonar la mesa a no ser que se retiren,
dispondrán también de agua, cerveza, vino y tomate frito para facilitar su
ingestión, aunque su consumo no será obligatorio durante la prueba". Ignoro
si los tragabolas participantes se entrenarán en el food de Ikea (la cadena
escandinava de muebles listos para montar pero que no hay dios que los monte
como te dejes un tornillo sin meter en su oportuno agujero), todos los viernes
del año, aprovechando que ese día la cadena practica un 15 % de descuento a los productos
de comida, siempre que el cliente sea socio de Ikea Family. ¡Hay que ver lo que saben estos suecos! Los
entrenamientos también pueden hacerse con las grösaksbullar, o sea, las albóndigas vegetarianas, las kycklingköttbullar,
que son albóndigas de pollo, las köttbullar, que son albóndigas
congeladas, o las köttbullar med
potatismos, que son albóndigas de carne con puré de patatas. En Ikea, además del bricolaje y de poder comer, o comprar
comida para llevar a casa, se aprende mucho con el idioma. No es difícultoso.
Todo es cuestión de poner muchas veces la letra K, la letra T dos veces
seguidas en medio de las palabras y la diéresis sobre las oes, como hacemos en
España cuando escribimos pingüino o vergüenza. Bueno, dice que no es
dificultoso un conocido mío, Geroncio
Sobregués, sobrestante de la
Renfe, que es capaz de hacerse una ensalada con las hojas y
tallos de las cardincheras y que si le invitas a comer, ya has plegado. A mí sí
me parece complicado ese idioma, pero no se lo digo a Geroncio por evitar
comentarios que no conducen a nada.
lunes, 24 de agosto de 2015
Gamberros y malnacidos
Que un tipo haya rociado a los clientes de un bar de copas
zamorano con un extintor de polvo no deja de ser un hecho lamentable. Una
gamberrada propia de un descerebrado. Más todavía si tal acción se comete, como
así ha sucedido en la Ciudad
de doña Urraca, a las 4’30 de la
madrugada. Lo que tampoco se comprende es cómo un bar de copas permanece
abierto al público a esas intempestivas horas. Es peor, sin embargo, lo que
acostumbra a hacer otro zamorano desde hace bastante tiempo. Sin mejor cosa que
hacer, se dedica a poner alfileres dentro de trozos de salchichas y dejarlas
por el césped de los parques públicos para que los perros se los coman y mueran
con atroces sufrimientos. Si el primero de ellos es un tipo que no tiene dos
dedos de frente, el segundo es un malnacido. La maldad humana no tiene límites.
Sólo hay que ver lo que en Tordesillas (Valladolid) hacen con el toro de la
vega, o lo que en Manganeses de la
Polvorosa hacían hasta 2002 con una cabra, tirándola los
quintos desde el campanario y esperando que el resto de los mozos de ese pueblo
la recogieran antes de que se estrellarse contra el suelo, para amenizar las
fiestas patronales y para regocijo de los presentes. Ya su escudo denota la
obsesión por las cabras, si tenemos en cuenta que ese broquel heráldico,
aprobado por la Diputación
de Zamora en 1997, está partido en dos: el primero de plata y rama de palma de
gules, y segundo, de gules torre de Iglesia surmontada de cabeza de cabra, todo
en plata. Al timbre, Corona Real cerrada. Pues bien, la fiesta de san
Vicente Mártir sigue celebrándose a finales de enero, pero ahora la cabra
sólo se pasea por el pueblo por unos “quintos light” que ya no son llamados a
filas ni temen, como sucedía antaño, que en el sorteo de la Caja de Reclutas puedan ser
destinados a África. La canción “tengo un hermano en el Tercio / otro tengo en
Regulares / y el hermano más pequeño, / preso en Alcalá de Henares” ya no dice
nada a las nuevas generaciones; y la otra,
“los quintos de la perrera, / la borrachera, / la perdición…”, tampoco.
Ahora son los subsaharianos los que llegan aquí en peores condiciones, en busca
de un mundo menos hostil. Lo malo es que no lo encuentran. En fin, esperemos
que la Guardia Civil
dé con el canalla de los alfileres y lo lleve ante el juez. Y que el juez sea
amigo de los perros.
domingo, 23 de agosto de 2015
Idas y venidas
Rebuscando en La Comarca de Calatayud, como si husmease en los
cubos de basura en busca de algo que poder llevarme a la boca, me he topado con
una historia preciosa, “Idas y venidas”,
firmada por Francisco Tobajas Gallego.
Extraigo un párrafo:
“Para la feria de Calatayud ponían un tren especial con más vagones de
lo habitual. Mi abuelo no faltaba ningún año a la corrida de toros. Se iba en
el primer tren de la mañana y volvía en el último de la tarde. Cuando mi abuelo
iba a Calatayud, siempre comía en Rogelio. La gente iba a las ferias, donde los
tratantes compraban y vendían mulos y machos, a los autos de choque, al paseo,
a la tómbola de caridad, a la plaza de los ajos, a la corrida de toros y al
empastre, al que dejaban entrar a partir de los siete años. Todos los años
salía el bombero torero y la banda del empastre. Los toreros eran muy malos.
Recuerdo que un año el estoque le salió al toro por un costado, lo que provocó
pitos y fueras del público. De vez en cuando pasaba un hombre ofreciendo
refrescos en un cubo de cinc. Después del empastre se iba a la feria, a
montarnos en los tiovivos y en los autos de choque. En la feria vendían
manzanas de caramelo, coco natural, algodón dulce y churros. Al final de la
tarde toda la gente se volvía a encontrar en la estación, esperando al último
tren. Recuerdo que un año mi padre me compró en el quiosco de la estación un
cuento que todavía conservo. Se titulaba Lunarcito y a mí me gustaba mucho. Era la historia de un gato
que se iba de casa y vendía su cola a un perro, que la colocaba como bandera en
el tejado de su casa de madera. Una historia verdaderamente original. Además
tenía unos dibujos preciosos. Todavía lo conservo, con algunas hojas rayadas y
rotas. Siempre me ha gustado guardar celosamente mis cuentos y mis tebeos,
empresa harto difícil cuando se tienen más hermanos pequeños. Y entonces todo
es de todos”.
Ahora que se acercan a toda prisa las fiestas en honor de la Virgen de la Peña, la lectura del relato
de Francisco Tobajas me ha retrotraído a mi infancia de pantalón corto, al tren
ómnibus Arcos, que no podíamos perder
si queríamos llegar a casa antes de que acabase el día. Las fiestas de
Calatayud eran más que unas fiestas. Se decía que después de ellas cambiaba el
tiempo, que se hacía más otoñal y ya había que ir haciendo acopio de cuadernos
y libros de estudio del siguiente curso. De la misma manera, Calatayud perdía
bulla y en Confecciones Gallego
aparecían las madres con sus hijos para proveerles de la necesaria ropa de
abrigo. Más tarde, a la espera de la salida del autobús de línea de la Empresa Olivar, o del último
convoy con vagones de madera y balconcillo, aún quedaba tiempo para tomar un
café con leche y unos bizcochos de suela en El
Pavón, que era mucho más que un café. En El Pavón se cerraban negocios, se podía charlar con el camarero Mingote y con el limpia El Chava, que lo sabía todo sobre la
ciudad, casi tanto como el cronista oficial Pedro Montón Puerto, mi gran amigo muerto, ay, con el que intercambié
correspondencia de amistad hasta pocos días antes de su final, en 1982. Dice
Francisco Tobajas que “en la feria vendían manzanas de caramelo, coco natural,
algodón dulce y churros”. De todos aquellos recuerdos de impúber al que le
gustaba leer Lunarcito ya sólo queda
el esplín de papeles que se han quedado de color sepia y de la inocencia
perdida. Calatayud era más que una ciudad. Calatayud era una caja de Pandora
que cada vez que se abría enseñaba nuevos decorados, como los circos de tres
pistas donde un domador enano usaba la tralla de arreo contra unos gatos con muy mala leche. Y Calatayud sigue sorprendiendo todavía, como sorprende al caminante una nube volandera sobre el cerro de
Bámbola en la luz crepuscular.
sábado, 22 de agosto de 2015
Veladores (vulgo terrazas)
En Zaragoza los veladores proliferan como el mal querer. Al
Ayuntamiento, por lo que parece, todo le va bien si con ello recauda tasas
municipales. Pero los sufridos peatones ya no sabemos ni por donde circular,
entre mesas, sillas, bicis, ciudadanos que hacen corro, niños que pasan entre las
piernas del viandante, comadres de charla, vendedores de ajos, pitos, flautas y la madre que los parió. Algunos
atribuyen el incremento de los veladores (vulgo terrazas) a la prohibición de poder fumar dentro
de los locales. No sé. Pero si nos remontamos a tiempos pasados, la culpa del
actual desmadre, por decirlo de alguna
manera, la tiene Gaudencio Zoppetti
Bussi, por haber dado ideas. Me explico. Existe un discurso de ingreso en la Academia de Gastronomía
de Manuel García Guatas y contestado
por Guillermo Fatás Cabeza (De
boca en boca. Cuadernos de Aragón, número 52, Institución Fernando el
Católico, de la DPZ),
donde el aspirante a académico de número expone de forma muy amena que en la
actual Plaza de España,entonces de San Francisco, en parte de los extensos terrenos que habían pertenecido
al Hospital Nuestra Señora de Gracia, se inauguró la Fonda Europa en la década de los 60 el siglo XIX. Su
primer director y cocinero fue Gaudencio Zoppetti Bussi, que se había formado
en las cocinas del Palacio Real de Madrid. Y aquella fonda inauguró su
espléndido café en el verano de 1863. Pero el inquieto Zoppetti fue más allá y
el 23 de julio de 1869 tuvo la ocurrencia de sacar veladores a la vía pública.
Dado su éxito, al poco fue imitado por otros establecimientos del ramo. ¡A eso
iba yo con el asunto de las culpas! Aquellos veladores permanecieron activos,
ya por costumbre adquirida, en el periodo que iba desde el Sábado de Gloria
hasta terminadas las Fiestas del Pilar, es decir, de últimos de marzo hasta
finales de octubre. La magnífica fonda, que era todo un hotel de campanillas, sería derribada para
construir la nueva sucursal del Banco de España, cuya inauguración estaba
prevista para el 18 de julio de 1936, pero se tuvo que posponer el acto al 10
de agosto de aquel año, ya en plena tolvanera bélica. Los Zoppetti fueron una
saga de italianos afincados en Zaragoza muy emprendedores. Siempre quisieron
conservar su nacionalidad italiana hasta el día en el que algunos miembros de
la familia recibieron la notificación de que debían volver a su país y
alistarse a filas para luchar en la Guerra
Europea de 1914. Y con muy buen criterio, se quedaron en
España.
viernes, 21 de agosto de 2015
Pan para hoy...
Leo en la prensa que Canarias “pica” y manda a la basura
nueve millones de kilos de plátanos desde el pasado mes de abril. A ello habría
que añadir los 2’4 millones de kilos que se han entregado a la institución
Banco de Alimentos a portes pagados. El problema, a mi entender, es que el
plátano de Canarias no se ha sabido comercializar correctamente desde las
plantas de producción ni desde el Ministerio de Agricultura, Alimentación y
Medio Ambiente, cuya cartera ostenta Isabel
García Tejerina. No entiendo cómo, pese a tales problemas, ya endémicos con
Miguel Arias Cañete, se siguen
importando bananas americanas a precios inferiores al producto nacional. De
hecho, cuando parecía que se había abierto una brecha de mercado en Marruecos,
las esperanzas de los productores se han venido abajo. En una entrevista que Carmelo Rivero, de Diario de Avisos, realizaba hace poco a Leopoldo Cólogan Ponte, (sucesor de una saga de comerciantes y
diplomáticos de origen irlandés establecida en Tenerife desde hace 300 años), éste
afirmaba que vivió
en primera línea la tormentosa integración de las Islas en la Unión Europea (UE) y
la Ley de Aguas
que tambaleó un gobierno, pero, sobre todo, la supervivencia del sector cuando
perdió la reserva peninsular en 1993 y muchos plataneros estaban tumbados a las
bartola. Cólogan también avisaba de la “invasión inminente” de la banana de
Ecuador, tal y como ya ha sucedido en las grandes superficies. Cólogan entiende
que “el declive del plátano de Canarias comenzó con los acuerdos que firmó Rodríguez
Zapatero para
congraciarse con los latinoamericanos en la presidencia europea de España en 2010, a fin de abrir las
puertas de América a las grandes empresas españolas. Hicieron un festorro para
celebrarlo. Las islas fuimos moneda de cambio. Esos acuerdos llamados
bilaterales reducen el arancel a la banana hasta 75 euros la tonelada en 2020,
para Colombia, Perú, países centroamericanos y pronto Ecuador. Nadie midió las
consecuencias en Canarias y resto de regiones europeas. Zapatero debió contar
con el consentimiento del PP. Fue una traición que tengo clavada”. Pero como
sucede en el corrido mexicano: “El día que la mataron / Rosita estaba de suerte
/ de seis tiros que le dieron / sólo uno era de muerte”; el plátano de
Canarias, fuente de potasio y rico en nutrientes, se está salvando “de milagro”
debido a las guerras que sacuden África y a una enfermedad de la banana: la sigatoka.
Vamos, como el sector turístico. Pan para hoy…
jueves, 20 de agosto de 2015
Paciencia y a barajar
Hace pocas fechas, García-Margallo
decía que un posible gobierno de PSOE con Podemos “sería una catástrofe de
dimensiones bíblicas”. Y De Guindos,
en el Pleno del Congreso sobre la aportación española al tercer rescate griego
señalaba que “el único culpable de haber llegado a esta situación es el
populismo”. Yo tenía entendido que los verdaderos culpables de haber llegado
Grecia a la situación en la que ahora se encuentra eran Nueva Democracia (el
partido político al que apoyó Rajoy
en los últimos comicios griegos) y PASOK, que habían creado una deuda
impagable. Juan Laborda, en Vozpópuli, y en su artículo “Las falsedades de Luis de Guindos”,
pone el dedo en la llaga y se hace eco de que “el descaro, la sinvergüencería y
las mentiras hace tiempo que se adueñaron definitivamente de los mentideros
políticos, económicos y mediáticos patrios”.(…) “Sólo espero -continúa
escribiendo Laborda- que algún día Yanis Varoufakis saque a la luz las grabaciones
que pongan de manifiesto la posición de Luis de Guindos y de nuestro gobierno
en las reuniones del Eurogrupo”. (…) “Cómo es posible que aquel gobierno que
nos ha endeudado como nunca en nuestra historia reciente hable de populismos.
Cómo es posible que quienes han aumentado la pobreza de sus conciudadanos a
niveles insoportables hablen de populismos. Cómo es posible que aquel ejecutivo
cuya reforma laboral ha creado un mercado donde trabajar ya no garantiza salir
de la pobreza, donde empleo es sinónimo de precariedad extrema, se erija como
ejemplo de buen gobernante. (…) La principal herencia que nos dejará el
gobierno actual -de la mano del
anterior- es deuda, deuda, más deuda, sin mejora alguna del aparato
productivo y de nuestra fuerza trabajo. Los mismos que generaron la mayor
burbuja inmobiliaria de la historia nos dejarán como herencia una deuda total y
externa récord”. En cualquiera de los casos, la derecha que gobierna
en España, y que achaca sus propios errores de gobierno a determinados grupos
políticos que todavía no plasman su firma en el BOE, puede decir lo que se le
antoje. Pero los hechos son tercos. Mientras escribo este chat, me entero de que Alexis
Tsipras, líder de Syriza, propone
celebrar elecciones anticipadas el próximo 20 de septiembre, conque paciencia y
a barajar.
miércoles, 19 de agosto de 2015
El Apocalipsis, según Rajoy
Me entero de que ha fallecido el pintor Ángel Aransay y los zaragozanos nos quedamos un poco más huérfanos
de cultura. Acababa de cumplir 72 años el pasado sábado. Y Mariano
Rajoy, de vacaciones en Galicia, ha hecho en Celanova buenas las profecías
de García-Margallo de hace pocos
días, o sea, que “un pacto entre Podemos y el PSOE sería una catástrofe
bíblica”. Se debe referir a que se acabaron
los siete años de bonanza para los mangantes y corruptos y ahora toca
esperar a los comicios de otoño/invierno (no confundir con la moda
otoño/invierno de El Corte Inglés)
para, si ellos pierden, que perderán, poder ver cabalgar a otros siete jinetes
del Apocalipsis en forma de plagas como las de Egipto, pero con más cachondeo,
clamor y murga. Y Rajoy aprovechó para decir que “la reforma de la Constitución es un
asunto complicado, difícil y delicado”. No sé, pero con la reforma del artículo
135 su grupo parlamentario del PP no se anduvo con tantos triquismiquis a la
hora de apoyar a un acojonado Rodríguez
Zapatero al que le acababan de leer, no la revelación de Jesucristo a san Juan acerca de los acontecimientos futuros, sino la revelación
de Markel al Listillo de la Ceja
de la cesión de soberanía española a la Bestia de Siete Cabezas, es decir, al sistema
político que habíamos aceptado sin rechistar tras la firma de los Acuerdos de
Maastricht, y que fue nuestra particular rendición de Breda, a unos tipos que
poseen autoridad, tronío y poder (revelación 13.2); que no es gobierno de un
solo país, pues se le dio autoridad sobre toda la tribu, pueblo, lengua y
nación (revelación 13.7).O dicho de otro modo, es una combinación de las cuatro
bestias descritas en las profecías de Daniel
7:2-8, con apariencia de leopardo, patas de oso, fauces de león y diez
cuernos. De modo que la Bestia
de Siete Cabezas del capítulo 13 del Apocalipsis representa un sistema político
compuesto por más de un gobierno. Rajoy, que estos días de asueto tiene tiempo
para pensar, debería leer el Apocalipsis y reflexionar sobre los diez cuernos
de la bestia escarlata. Tiempos duros para el tancredismo. El que vale y no
sabe lo que vale, no vale.
lunes, 17 de agosto de 2015
Error de protocolo
Lo sucedido en Yakarta ha sido un error de protocolo, como
sucedió en el Giro de Italia en 2011 y en la final de la Copa Davis, en 2003, en
Melbourne. Pero, curiosamente, nunca sucede una situación bochornosa semejante
cuando el Rey acude a un país en visita oficial. Doy por hecho que en esas
situaciones se miden más los detalles. En el caso de ahora, en el de Carolina Marín, se da la circunstancia
de que la campeona del mundo de bádminton es tan jovencita (sólo tiene 22 años)
que no entiende de errores de protocolo. En todo caso, esa muchacha se habrá
llevado una sorpresa mayúscula escuchando como el himno de España cuenta con
una letra que ella desconocía. Esa desagradable situación ha conmocionado a
muchos ciudadanos, que han entendido que el himno cantado en Yakarta era
franquista. Lo cierto es que la letra de ese himno, con algunas variaciones, la
compuso José María Pemán por encargo
de Miguel Primo de Rivera en 1928.
Otra cosa, y en eso sí aciertan esos ciudadanos, es que fue obligatorio cantar
el himno con letra de Pemán en las escuelas en horas lectivas. Como sucedió con
el Cara al sol falangista y con el Oriamendi de los requetés, que comenzaba: “Viva Dios queridísimo / tengámoslo
todos por dueño. / Vivan España y el País Vasco / y el rey legítimo”, etc., o
dicho en vascuence: “Gora Jainko maite maitea / zagun denon jabe. / Gora
Espania ta Euskalerria / ta bidezko errege”, etc., y que más adelante, con los
arreglos musicales de Silvano Cervantes
y la letra de Ignacio Baleztena,
quedó así: “Por Dios, por la patria y el Rey / lucharon nuestros padres. / Por
Dios, por la patria y el Rey / lucharemos nosotros también…”, etc.,
que durante la Guerra Civil
se convirtió en himno de combate del Requeté y, como bien señalaba Iñaki Anasagasti, “por decreto de 27 de
febrero de 1937 aprobado por el general Franco,
canto nacional de la España Nacional,
junto con el Cara al sol de la Falange y la Marcha
Real (con letra de José María Pemán). Sin embargo, la
versión oficial cambió la mención a la vuelta del Rey de España ("venga el rey de España a la corte de Madrid"),
por “que las boinas rojas entren en
Madrid”, más acorde con la nula voluntad de Franco de restaurar la
monarquía”.
viernes, 14 de agosto de 2015
Rabo de paja
Insisto en mi planteamiento. Si el exvicepresidente del
Gobierno, Rodrigo Rato, se sentía
“vulnerable” por supuestas amenazas en las redes sociales, lo correcto hubiese
sido, como en el caso de cualquier otro ciudadano, acercarse a la comisaría más
próxima y presentar la correspondiente denuncia. Rato, implicado en tres causas
por delito de corrupción, tiene rabo de paja y sería conveniente de que no se
arrimase a la candela. Quizás, lo que realmente teme Rato es que se le
pueda recortar su escolta (como le
sucedió al juez Garzón), que pagamos
todos los españoles con nuestros impuestos. Ignoro el grado de preocupación que
tiene Rato por esa “fundada” preocupación que le afecta, según parece, al grado
de su seguridad personal. Vino a decir el ministro Jorge Fernández Díaz en la Comisión de Interior del Congreso que a él no le
preocupa los problemas que Rato pueda tener con la Agencia Tributaria,
pero sí su seguridad. Una reunión “rara” de la que los ciudadanos nos enteramos
tarde y por la prensa. Y Mariano Rajoy
ha confesado que a él le ocurrió lo mismo. Lo que ya no se sabe es de quién
tiene miedo Rodrigo Rato. Como bien señalaba el socialista Antonio Trevín, “lo único que puede preocupar al exvicepresidente
económico es la cuestión procesal”. Si tanto miedo tiene a las amenazas por twitter, ¿qué hacía Rato paseando en vespa por Gijón, bañándose en la piscina
del Club de Regatas o tomando la brisa marina la cubierta de un yate? El
ministro del Interior ha tenido muchos errores. De todos ellos, la “ley mordaza” y su encuentro con ese presunto
delincuente en su despacho oficial el pasado día 29 por espacio de dos horas
son, a mi entender, los más preocupantes. Todos los españoles somos vulnerables
y no disponemos de escolta. Por
vergüenza torera, Fernández Díaz debería dimitir de su cargo.
jueves, 13 de agosto de 2015
Evítese lo que se puede evitar
En eso del toreo hay bastante controversia Los aficionados a
la fiesta brava se enfrentan a los antitaurinos un día sí y otro también. O
dicho de otro modo: en España están los aficionados a las corridas frente a los
que odian la tortura a los animales. Lo que para unos es un espectáculo, para
otros es una salvajada. Ahora hay polémica con el regreso de las corridas a la Plaza de Illumbe,
coincidiendo con la Semana Grande
donostiarra y como consecuencia del cambio de gobierno municipal, hasta ahora
en manos de Bildu, que prohibió la celebración de esos espectáculos taurinos
hace dos años. Pero la llegada al Ayuntamiento de PNV en coalición con PSE ha
hecho que “volvieran las aguas turbulentas al barranco”. Como era de esperar,
se han producido protestas contra las corridas, contra Juan Carlos de Borbón y contra la Monarquía. La
presencia de Juan Carlos, su hija Elena
y sus nietos Froilán y Victoria han encrespado los ánimos de
los manifestantes hasta el punto de clamar a favor de la República y de la
independencia del País Vasco. Ha sido un factor disgregador añadido. A mi entender, el anterior rey puede
hacer lo que le venga en gana. Pero aun así y todo, no parece que haya sido
acertada la presencia de los Borbones
en la primera de esas cuatro corridas previstas. Esas presencias, el día
equivocado y en el lugar desacertado, sólo han servido para añadir leña al
fuego. La “España cabreada”, que ya es legión, ha visto en esas presencias un “reto
chulesco” (y que se me permita la expresión castiza, dicha sin ánimo de ofender
a nadie), que en nada ayuda a mejorar los ánimos de medio país; o sea, de la España que no es devota de
Frascuelo ni de María ni de una Monarquía reinstaurada hace cuarenta años por
el antojo del dictador Franco, por
mucho que la figura del rey Juan Carlos quedase refrendada en una Constitución
consensuada desde el miedo y que no votó ni la mitad de los españoles en edad de votar que hoy
conforman el Estado. Si al rey emérito le gustan las corridas de toros, hoy podía
haber visto la de San Sebastián por televisión. De esa manera se hubiesen
evitado los reproches y silbidos hacia la Corona (que él ya no representa) por parte de
unos ciudadanos libres, que también tienen derecho a gruñir y rezongar cuando
algo no les gusta. Siempre hay que tratar de evitar aquello que es evitable. ¿A
algún ciudadano juicioso le gustaría ver a Felipe
VI en Tordesillas cómo lancean al toro de la Vega? Doy por hecho que tampoco sería aconsejable. Por
una cuestión de dignidad, los animales también merecen nuestro respeto.
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