El reciente hallazgo de un camión con semirremolque frigorífico y
cincuenta cadáveres en su interior muertos por sofocación pone de manifiesto
que los nuevos negreros, la mafia de los traficantes que se enriquecen del
tráfico de seres humanos en condiciones peores que si de ganado se tratara,
sigue siendo una realidad palpable. Según leo hoy en El País, "el camión estaba estacionado, en el arcén de la autopista
A4, entre el lago Neusiedl y la localidad de Parndorf, en el Estado federado de
Burgenland. Fueron los empleados del servicio de la autovía quienes lo
localizaron, aunque las autoridades creen que llevaba allí bastante tiempo” (…)
“Decenas de miles de refugiados, en su mayoría de Oriente Próximo, tratan de
alcanzar la Unión
Europea para huir de la guerra y la miseria. Serbia y
Macedonia son dos Estados clave en el tránsito de estas personas hacia
territorio comunitario. El miércoles, al menos 50 personas murieron por asfixia
en el interior de una barcaza que cruzaba el Mediterráneo desde Libia y en
dirección a Italia. Los fallecidos viajaban en la bodega del barco, la zona en
la que viajan aquellos que menos dinero pueden pagar por los pasajes”.Parece
curioso, sin embargo que Merkel apele al “espíritu europeo de solidaridad”, cuando
todos los países, incluido Alemania, se pasan la patata caliente de mano en
mano. Hasta Suiza, donde sus ciudadanos se la cogen con papel de fumar, estudia limitar la entrada de españoles, portugueses e italianos
en su territorio por el “efecto llamada”. A los suizos sólo les interesa que
entre dinero, no importa su procedencia, en sus entidades bancarias. Ya saben el dicho: “dinero acá,
indiano allá”. Muchos europeos, sobre todo de extrema derecha, creen que inmigración
es sinónimo de inseguridad y aumenta la xenofobia. La UE nunca prestó mucha atención al problema emigratorio cuando
necesitaba mano de obra barata. El caso de España, con la construcción y hasta que se pinchó la burbuja inmobiliaria, fue de
libro. Y de eso sabe mucho José María Aznar.
Pero ahora las cosas han cambiado con la crisis económica y la UE ya habla de cupos de
admisión e incluso está dispuesta a
aumentar la presencia de misiones
de rescate en el Mediterráneo para afrontar un problema muy gordo que se le va de las
manos. Eso demuestra una ingenuidad tremenda.No se pueden poner puertas al campo.
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