No sabría decirles por qué, pero acostumbro a leer las
esquelas de los periódicos de butacón. Algunas son muy interesantes, sobre todo
las aparecidas en las páginas del ABC de
Madrid con apellidos largos y rimbombantes. Los de ABC de Sevilla son de otro estilo. Siempre ponen la coletilla de “esposo, o esposa, que fue de don Fulano de
Tal”. Recuerdo que en cierta ocasión, cuando yo trabajaba en Sevilla, me
llamó uno de los jefes a su despacho. Me pidió que cuando regresase a casa,
entonces yo vivía en la calle Niebla, le hiciese el favor de depositar una
tarjeta de visita doblada al estilo de como se ponen las tarjetas de visita
cuando se desea dar el pésame, en una bandeja situada en la portería de una
calle de Los Remedios. Y así lo hice. Comprendí que esa era la forma más cómoda
de cumplir con los apenados conocidos sin tener que asistir a los gorigoris
interminables de córpore insepulto y
a su posterior entierro en el cementerio, que queda lejísimos. Aquel día me
enteré de que las tarjetas de visita tenían su propio lenguaje, de la
misma manera que existía un lenguaje de
los abanicos y otro, de las flores. Por ejemplo: la doblez diagonal hacia la
derecha indica negativa; hacia la izquierda, cita; doblada a la mitad, desafío;
sin doblar, presentación; doblada en las dos esquinas inferiores, baile;
doblada en las dos esquinas superiores, comida; doblez en las esquinas superior
e inferior derecha, entierro; en las esquinas superior e inferior izquierda,
boda; en la esquina superior izquierda,
despedida; en la esquina superior derecha, visita; en la esquina inferior
izquierda, felicitación; en la esquina inferior derecha, pésame; franja derecha
doblada, excusa; franja izquierda, recomendación, y así. Hoy aparece en Faro de Vigo la siguiente noticia: “El
adiós a Alicia Jones se hace viral”.
Resulta que su esquela, aparecida en ese diario el pasado 1 de septiembre,
señalaba lo siguiente: “La señora doña
Alicia Jones Jones falleció el día de ayer en Vigo. Su hija, Julia Fernández Jones invita a sus amigos y
conocidos a un acto alegre de despedida, de cinco a siete de la tarde, en la
sala número 7 del tanatorio Vigomemorial donde en su recuerdo tomaremos la vino
(sic) y el tortilla (sic). Vigo, 1 de septiembre de 2017. No se admiten flores.
Donen su importe a una ONG”. Me hubiese gustado saber la opinión al
respecto del ilustre gallego Julio Camba,
alérgico a las pompas, a las que siempre consideraba fúnebres.
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