Hoy miércoles, sesión de preguntas en el Congreso. Respecto
al rescate de las entidades bancarias decir, como dice Rajoy, que “fue muy positivo, a pesar de la previsible pérdida del
74 por ciento (según informes del Banco de España) del crédito concedido por el
Gobierno a traves del Frob, es como
para echarse a temblar. Rajoy es consciente de que ese “descubierto” crediticio
lo tendremos que pagar todos los españoles, pero al Presidente del Gobierno tal
circunstancia se le antoja como un asunto de menor cuantía. Y ha añadido que “la recapitalización de
entidades se realizó con transparencia y con el respaldo
de socios europeos e internacionales”. Rajoy dijo en su día que ese crédito iba
a ser devuelto y De Guindos dejó claro que “ese préstamo no iba a tener coste para
los ciudadanos”. Mentira tras mentira. Es mentira que, como ha señalado Rajoy
hoy en el Congreso, y hace pocos días Luis
M. Linde, que “la alternativa
iba a ser la quiebra, que los depositantes perdieran todo su dinero y la
ausencia de crédito, por lo que la recuperación económica y de la inversión
hubiera sido imposible”. A Rajoy debo recordarle que el Fondo de Garantía de Depósitos de Entidades de Crédito fue
creado por Real Decreto ley 16/2011, de
14 de octubre. Dicho Fondo tiene por objeto garantizar los depósitos en
dinero y en valores u otros instrumentos financieros constituidos en las
entidades de crédito, con el límite de 100.000 euros para los depósitos en
dinero o, en el caso de depósitos nominados en otra divisa, su equivalente
aplicando los tipos de cambio correspondientes. En consecuencia, es mentira que
los depositantes hubiesen perdido todo su dinero. El Gobierno que preside
Mariano Rajoy miente a los españoles desde la mañana hasta la noche, día tras
día. Y lo peor de todo ello es suponer por parte de ese Gobierno que los
ciudadanos nos creemos todas las mentiras y todos los lapsos de memoria de los
responsables de la Gürtel cada vez que son llamados a los
juzgados para declarar, unos en calidad de testigos (como fue el caso de Rajoy)
y otros en calidad de imputados (perdón, investigados) por diversos presuntos
delitos: malversación de caudales públicos, blanqueo de capitales, cohecho, contra la Seguridad Social,
contra la Hacienda
Pública, por falsificación documental, por prevaricación, por
fraude y exacciones legales, etcétera. Rajoy, si fuese coherente, debería
dimitir de su cargo por vergüenza torera. Los ciudadanos no tenemos por qué
pagar sus errores de libro ni su incompetencia manifiesta. Por otro lado, Felipe VI ha dicho hoy durante el acto
de entrega de los Premios Nacionales de
Cultura, que han tenido lugar en la catedral de Cuenca, que “la Constitución
prevalecerá sobre cualquier quiebra de la convivencia en democracia”. Bueno, algo
parecido ya lo dijo el 9 de diciembre de 1931 Julián Besteiro. Lo que hace falta es que la Constitución de 1978 tome suficientemente en cuenta
al conjunto de la sociedad y que no se arruine al pueblo a costa de un Estado. Ya estamos hartos de frases-papilla y de recibir consejos en
forma de homilías trasnochadas que nadie demanda. La Cultura, por ejemplo, no
se entiende cuando existe un gravamen del 21 % de IVA sobre el cine. Tampoco,
cuando el ciudadano sufre una manipulación constante en las televisiones
públicas por parte del Gobierno. La
Cultura, en fin, no debe administrarse en forma de grageas de las famosísimas Bertie Botts
con una posología autorizada por Iñigo
Méndez de Vigo, donde se indican las dosis terapéuticas y la duración del
tratamiento.
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