Disparate

A ver si he entendido bien la noticia. Resulta, según leo en Heraldo de Aragón, “una empresa canadiense quiere traer a jubilados de ese país a los pueblos de Teruel. La Diputación Provincial apoya el proyecto “por poner freno a la despoblación”. La empresa Vivaruralspain ya ha calculado que anualmente podrían venir a distintas localidades turolenses alrededor de 50 pensionistas. El responsable de la empresa canadiense, Gary Bedell, matizó que muchos pensionistas gozan de buena salud y, por lo tanto, no les preocupa la lejanía de un hospital. La pensión media de esos jubilados es de 1.200 euros mensuales. Aquí nos estamos volviendo todos del revés. Decir, como dice Joaquín Juste, vicepresidente de la DPT, que “de ese modo se intenta contrarrestar la emigración galopante y que no se puede traer gente joven por el paro existente” en esa provincia es como para echarse a llorar. España es un país envejecido por la falta de nacimientos y las cuentas de la Seguridad Social son deficitarias. Traer más ancianos, por muy bien que se encuentren de salud, equivale a ocupar más camas de hospitales y a más gasto farmacéutico. Pero Juste entiende que “esa renta, allí es baja porque no tiene incluida la sanidad, pero aquí está muy bien”. Sí, claro, a cuenta del contribuyente. Tratar de convertir España en el asilo de Europa y del mundo al otro confín se me antoja como un disparate de proporciones incalculables. Canadá es un país rico por saber quitarse "lastre" de encima. Una cosa es que la sanidad pública en España sea universal; y otra, muy distinta, que haya que traer a un cementerio de elefantes turolense a una senectud canadiense que no ha cotizado en su vida ni en su país de origen ni en el nuestro de acogida. Y con nuestros pensionistas, ¿qué haremos? ¿Los podremos llevar en absoluta reciprocidad  y con el Imserso  quince días anuales a las orillas del idílico lago Ontario? Esas cosas sólo se le ocurren al que asó la manteca, al tonto del paseo, o a un vicepresidente de la DPT que ha perdido el oremus.