Era yo un niño casi de pañales cuando en 1950 se produjo la Guerra de Corea como
consecuencia de que el entonces líder norcoreano, Kim Il-sung (el abuelo del actual mandatario Kim Jong-un) decidió invadir a su vecino del sur. Eran un momento
delicado en el que la URSS
y los Estados Unidos, en plena Guerra
Fría, pretendían repartirse el mundo tras la Segunda Guerra Mundial. Los soviéticos se habían
quedado con la parte Norte de la
Península de Corea, los americanos con el Sur. El 25 de
junio, Corea del Norte, apoyada por la Unión Soviética y
China, invadió al Sur. Y Estados Unidos envió a sus fuerzas para ayudar a Corea
del Sur a repeler la invasión de los comunistas. Seúl se recuperó en dos meses,
momento en el que China intervino. La
guerra continuó activa hasta el 23 de julio de 1953, día en el que se firmó el
armisticio. Se pactó como frontera de ambos países el paralelo
ubicado en los 38º norte del plano ecuatorial de la Tierra. El balance
final fue de tres millones de coreanos muertos, 100.000 huérfanos, diez
millones de desplazados y la devastación más completa. Corea del Norte fue
dirigida por Kim Il-sung desde 1948 hasta su muerte, el 8 de julio de
1994. El 8 de octubre de 1997, su hijo Kim
Jong-il fue elegido por la Asamblea Suprema del Pueblo como Secretario
General del Partido del Trabajo y en 1998 como presidente de la Comisión Nacional
de Defensa. Tras una reforma de la Constitución, elaborada en 1972, su cargo fue
declarado como el más alto del Estado dejando vacante el de presidente en
recuerdo a la memoria de Kim Il-sung. El 17 de diciembre de 2011, Kim Jong-il falleció
mientras realizaba un viaje en tren. Su hijo, el joven Kim Jong-un, quien fue
designado heredero del Gobierno el 28 de septiembre de 2010, asumió las tareas
de jefe del Estado. El 29 de marzo de 2013, Corea del Norte declaró estado de
guerra a Corea del Sur. El 4 de julio de 2017 llevó a cabo con éxito su primera
prueba de un misil balístico intercontinental Hwasong-14. A día de hoy existe gran preocupación en el mundo por
las recientes pruebas nucleares llevadas a cabo por Corea del Norte con bombas
de hidrógeno de 100 kilotones. Como consecuencia de ello, el Consejo de
Seguridad de la ONU
se reunió con carácter de urgencia el pasado domingo. En este sentido,
recordaba ayer el diario El País que
“Las espadas están en alto. Estados Unidos tiene todas las opciones sobre la
mesa e incluso ha amenazado con una ‘respuesta militar masiva’ si el peligro
aumenta. La negativa del régimen norcoreano a rebajar la tensión, pero también
el fracaso de la estrategia americana para contener al temerario Líder Supremo,
Kim Jong-un, están cerrando las puertas a una solución dialogada del conflicto.
Pero reducidos los márgenes para negociación, el mero planteamiento de un
choque bélico desata pesadillas a ambos lados del Pacífico”. Y así están las
cosas ahora. Mañana, ya veremos...
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