viernes, 6 de julio de 2018

El necesario respeto a las minorías



Parece ser que un número amplio de ciudadanos teme que Televisión Española pueda suprimir la misa dominical incluida en el programa “El día del Señor”. Soy consciente de que España es constitucionalmente un país aconfesional y de que la televisión pública se mantiene con el dinero de todos. Pero no me parece mal que en esa televisión pública se emita una vez por semana un oficio religiosos que siguen desde sus casas personas con dificultosa movilidad para desplazarse a los templos o ancianos que no pisan la calle. Es necesario el respeto a las minorías. Este es el país europeo donde más rápido se está secularizando y es un hecho cierto que apenas el 20 % de las bodas se practican por el rito católico; que la mitad de los neonatos no son bautizados; que la confesión, la primera comunión y la confirmación parece que sean cosas de otros tiempos. Bueno, y qué. En unos datos que ofrecía Celeste López en La Vanguardia, ponía el ejemplo de Francia, “donde la secularización fue más lenta y larga. Hacia 1965, el 94% de la población francesa estaba bautizada y el 25% iba a misa todos los domingos. En la actualidad, sólo el 2% va a la iglesia y no pasa del 30% de los menores de 7 años que está bautizado”, basándose en datos recogidos en el libro “Cómo nuestro mundo ha dejado de ser cristiano. Anatomía de un derrumbe” de Guillaume Cuchet, profesor de Historia Contemporánea en la Universidad de Paris-Est-Creteil. El caso español es diferente debido al nacional-catolicismo impuesto por el régimen de Franco, cuyos sedimentos perduran en el ámbito rural (sólo hay que observar los honores que se dispensan a vírgenes y santos en las fiestas patronales) y, también, en un importante segmento de la población urbana de sesenta años en adelante. Según  el sociólogo Francisco Javier Elzo, autor de “Morir para renacer” (Ed. San Pablo Comunicación, 2017, 320 p.) “en España se identifica religión con derecha o extrema derecha, con antiguo, con viejo, con imposición y uniformidad”. Vuelve la burra al trigo. Elzo redunda en lo deletéreo de un régimen dictatorial prolongado en el tiempo cuyos efectos nocivos perduran en el interior de muchos ciudadanos, como el mercurio del atún, para desgracia colectiva. A mi entender, habría que poner fin a los obsoletos “Acuerdos Iglesia-Estado” de 1979 si consideramos que, desde 2006, el número de aquellos que se identifican como católicos practicantes se ha reducido un 27%, y que la cifra va en aumento. Pese a todo ello, sigo manteniendo que el oficio religiosos que ofrece Televisión Española todos los domingos cumple una función social a inválidos y ancianos creyentes. En consecuencia, no encuentro razones para que la misa deba ser suprimida de la programación matinal. Si a alguien no le gustan los ritos que ejercen los funcionarios del Más Allá (que en el Más Acá cobran del Estado sin haber opositado) le invito a que cambie de cadena o que apague el monitor y se dedique al sacrosanto ejercicio de la lectura, la mejor medicina preventiva contra la burricie.

No hay comentarios: