martes, 31 de julio de 2018

Pablo Casado (por la Iglesia)



En una “tribuna” de El País, ”El discurso episcopal de Casado”, la teóloga Margarita María Pintos de Cea-Naharro  señalaba ayer que “frente a la memoria histórica que exige rehabilitar a las víctimas de la Guerra Civil y del franquismo, el nuevo presidente del PP prefiere practicar la amnesia e insultar a la gente de izquierdas llamándola ‘carca’, porque pasa todo el día pensando ‘en la guerra del abuelo’ y ‘en la fosa de no sé quién’. ¡Qué falseamiento de la historia llamar ‘guerra del abuelo’ al golpe militar de Franco contra la República! ¡Qué falta de piedad para con los asesinados vilmente y arrojados a fosas comunes, a quienes despectivamente califica de ‘no sé quién’! ¡Qué actitud más miserable hacia las familias que buscan a sus seres queridos arrebatados violentamente!”. Así es. Pablo Casado (por la Iglesia) es el heredero directo de un partido político, Alianza Popular (refundado en 1989 y transformado en Partido Popular)  creado por Manuel Fraga Iribarne, Cruz Martínez Esteruelas, Federico Silva Muñoz, Licinio de la Fuente, Laureano López Rodó, Enrique Thomas de Carranza y Gonzalo Fernández de la Mora, partiendo de siete asociaciones conservadoras con sede inicial en la calle Silva, 23, en Madrid. Es normal, por lo tanto, que al nuevo presidente de ese partido político se le note el pelo de la dehesa, como acontecía en la comedia en cinco actos de Manuel Bretón de los Herreros, representada por primera vez en el madrileño Teatro del Príncipe en 1840, donde ahora, como entonces, se quieren mantener las costumbres, formas y maneras del franquismo. A Casado (por la Iglesia) le parece “sectaria” la Ley de Memoria Histórica cuando dice que ”no hay que abrir costuras y volver a enfrentar a las dos Españas”; se pone al lado del prior benedictino falangista Santiago Cantera en referencia a la exhumación de los restos de Franco en Cuelgamuros y considera que “no gastaría un duro en desenterrarlo”; utiliza la expresión “ideología de género” para referirse a la “teoría de género”, que no define al individuo por su sexo sino por su sexualidad (homosexual, heterosexual y bisexual), en coincidencia con los planteamientos del más rancio conservadurismo católico; está en contra de la eutanasia y acorta los plazos del aborto, como ya pretendió sin éxito siendo ministro de Justicia Alberto Ruiz-Gallardón; se declara católico practicante, etcétera. Posiblemente, Pablo Casado (por la Iglesia), aspirante a poder gobernar un día España, esté en la creencia de que el individuo nace “neutro”, como en la Gramática, y  como así lo entendía el gran rabino de Francia Gilles Bernheim.  A mi entender, Pablo Casado (por la Iglesia) confunde el Género Humano con los caracoles de jardín. Algo parecido a lo que le sucede al obispo de Alcalá de Henares, un tal Juan Antonio Reig Plá, que oferta un servicio de “Sexólicos Anónimos” para “ayudar” a liberarse de la lujuria y alcanzar la sobriedad sexual. A mi entender, a Pablo Casado (por la Iglesia) le falta un hervor, en agua bendita, claro.

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