Quizás, las
patatas a lo pobre, las migas de pastor y la sopa de ajo son los tres platos
populares que más gustan. Fáciles de
cocinar todos ellos, nunca te dejan indiferente. Es la llamada cocina de
aprovechamiento. Sucede igual con las croquetas con los restos de un cocido, o
con determinadas “hierbas” que comenzaron a ponerse en los pucheros en las
épocas de hambruna. Me vienen a la cabeza el cardo, tan típico en la cocina
aragonesa por Navidad, la borraja, o los
huevos tontos, que al modo andaluz consisten en bolas de pan fritas hechas con
el pan del día del día anterior, un poco de leche, ajo y huevo. La receta de los huevos tontos (o
engañamaridos) es sencilla: Se remoja la miga de pan en leche. Se incorporan
los huevos, sal, ajos y perejil muy picados. Con todo ello se hace una masa homogénea
al estilo de las croquetas, que se dejará reposar. Más tarde se fríe. También
se pueden hacer con pan rallado. En el Bajo Aragón se les suele añadir bacalao desmigado y en el valle del Jiloca
(Teruel) los huevos tontos consisten en huevos duros rellenos de bacalao y
rebozados, típicos en Semana Santa. En Fuendejalón (Zaragoza) el bacalao se
sustituye por trozos de longaniza. Más tarde se fueron incorporando trozos de
espárrago y de costilla de cerdo. Es un plato, si eliminamos los derivados de
cerdo, de origen sefardí. También son típicos en esa población del Campo de
Borja las “cañas” y los “emborrachaos” de anís. Las “cañas” para cuatro
personas llevan los siguientes ingredientes: 4 huevos, 4 cucharadas de harina,4
cucharadas de azúcar y mantequilla. Y para el relleno: ½ litro de leche, 3
yemas, 1 cucharada de maicena, 4 cucharadas de azúcar y azúcar glas. Para su
preparación, se toma una caña y se corta en trozos de 6 centímetros de largo.
Se hace una masa homogénea y espesa con vino blanco, azúcar, aceite y harina.
Se envuelven los pedazos de caña con esa pasta y se ponen en aceite muy
caliente dentro de la sartén. Una vez sacados de la caña, el resultado será unos
canutillos dulces y esponjosos. Los aragoneses tenemos fama de “lamineros”. Los
adoquines, de Calatayud; los carquiñoles y las almojábanas de Albarracín; la
coc de Fraga; los guirlaches, los crespillos, las malenas, las tortas de balsa,
el pastel ruso, la trenza, los almendrados, los follatres, las tortas de balsa,
las castañas de mazapán, etcétera, son todo ellos los responsables directos de
que por estos pagos se utilice la baturra expresión: "¡Límpiate los morros,
laminero!".
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