martes, 11 de diciembre de 2018

¡Límpiate los morros, laminero!



Quizás, las patatas a lo pobre, las migas de pastor y la sopa de ajo son los tres platos populares que más gustan.  Fáciles de cocinar todos ellos, nunca te dejan indiferente. Es la llamada cocina de aprovechamiento. Sucede igual con las croquetas con los restos de un cocido, o con determinadas “hierbas” que comenzaron a ponerse en los pucheros en las épocas de hambruna. Me vienen a la cabeza el cardo, tan típico en la cocina aragonesa por Navidad,  la borraja, o los huevos tontos, que al modo andaluz consisten en bolas de pan fritas hechas con el pan del día del día anterior, un poco de leche, ajo y huevo. La receta de los huevos tontos (o engañamaridos) es sencilla: Se remoja la miga de pan en leche. Se incorporan los huevos, sal, ajos y perejil muy picados. Con todo ello se hace una masa homogénea al estilo de las croquetas, que se dejará reposar. Más tarde se fríe. También se pueden hacer con pan rallado. En el Bajo Aragón se les suele añadir  bacalao desmigado y en el valle del Jiloca (Teruel) los huevos tontos consisten en huevos duros rellenos de bacalao y rebozados, típicos en Semana Santa. En Fuendejalón (Zaragoza) el bacalao se sustituye por trozos de longaniza. Más tarde se fueron incorporando trozos de espárrago y de costilla de cerdo. Es un plato, si eliminamos los derivados de cerdo, de origen sefardí. También son típicos en esa población del Campo de Borja las “cañas” y los “emborrachaos” de anís. Las “cañas” para cuatro personas llevan los siguientes ingredientes: 4 huevos, 4 cucharadas de harina,4 cucharadas de azúcar y mantequilla. Y para el relleno: ½ litro de leche, 3 yemas, 1 cucharada de maicena, 4 cucharadas de azúcar y azúcar glas. Para su preparación, se toma una caña y se corta en trozos de 6 centímetros de largo. Se hace una masa homogénea y espesa con vino blanco, azúcar, aceite y harina. Se envuelven los pedazos de caña con esa pasta y se ponen en aceite muy caliente dentro de la sartén. Una vez sacados de la caña, el resultado será unos canutillos dulces y esponjosos. Los aragoneses tenemos fama de “lamineros”. Los adoquines, de Calatayud; los carquiñoles y las almojábanas de Albarracín; la coc de Fraga; los guirlaches, los crespillos, las malenas, las tortas de balsa, el pastel ruso, la trenza, los almendrados, los follatres, las tortas de balsa, las castañas de mazapán, etcétera, son todo ellos los responsables directos de que por estos pagos se utilice la baturra expresión: "¡Límpiate los morros, laminero!".

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