jueves, 28 de noviembre de 2024

Muñoz Seca, que estás en los cielos...

 

 


A ver si nos entendemos. Que Alfonso Ussía manifieste, como hace en muchos de sus artículos, el cariño que sentía por su abuelo, don Pedro Muñoz Seca, al que no llegó a conocer, le honra. Yo también presumo de haber tenido dos abuelos entrañables, a los que sí conocí, y me encanta recordarlos. Eran completamente distintos y esa singularidad les enriquecía. Ambos están muertos y los sigo recordando. Por eso entiendo que Alfonso Ussía se emocione cuando recuerda a su abuelo materno, pese a no haberlo conocido. Doy por hecho que algo parecido le sucederá a su primo carnal Borja Cardelús, autor prolífico como novelista, divulgador de la naturaleza y medio ambiente, y editor de interesantes documentales. Su libro “Fugitivo”  (Planeta, 1993) con ilustraciones de Manuel Sosa, es un canto a la Naturaleza, donde afirma el amor que siente hacia el lobo, tan perseguido en el medio rural, y al que le hace protagonista de su propia historia. Pero Borja Cardelús, que a mí me conste, no se pasa el día escribiendo sobre su abuelo como hace su primo, anclado en el pasado con una fijación casi patológica.  Pues bien, cada 28 de noviembre, Alfonso Ussía, acostumbra a escribir un artículo, una especie de homenaje-funeral, en recuerdo de su abuelo, fusilado tal día como hoy de en 1936 en Paracuellos de Jarama. Muñoz Seca fue detenido en Barcelona junto a su mujer, Asunción Ariza. Ambos se hospedan en la pensión que en la calle Lauria, número 24, que regentaba la madre de la actriz Lina Santamaría. Según afirmaba Pedro Sáinz Rodríguez fueron delatados por un actor de su compañía, Avelino Nieto y, en consecuencia, el 30 de julio fueron a detenerles a la pensión ese actor y dos milicianos. Estaban ausentes, paseando por las Ramblas. Allí les detuvieron. El día 17 de julio había estrenado en el Teatro Poliorama su obra “La tonta del rizo”.  El día 25 de ese mes, y por motivos que desconozco, fue cesado de su trabajo en el Cuerpo de Técnicos de Seguros, con la categoría de jefe superior de administración. En el calabozo de Barcelona coincidieron con otro escritor detenido, Jacinto Benavente. El día 7 de agosto se produjo el traslado a Valencia,  después a Madrid, y fueron encerrados en los calabozos de la Dirección general de Seguridad. El día 12 él fue trasladado a la cárcel de san Antón, donde había 793 reclusos. Su mujer había quedado en libertad al ser cubana. Se cuenta que a los cuatro días de ser ingresado, intentó romper el lúgubre silencia de los presos con un chascarrillo, pero se le truncó en los labios. El auditorio no estaba para bromas. Ya solo salió de la cárcel para ser fusilado. Ese es el final del cuento. Pero hoy, en El Debate, Ussía, y a eso iba, agranda la figura de su abuelo a la altura de los libros de caballerías, y escribe: “Su fe indesmayable se traduce en su inminente proclamación como mártir y beato de la Iglesia Católica”. De paso, aprovecha para arremeter con furia contra Rafael Alberti. Señala textualmente: “Vicente Alberti, hermano de Rafael Alberti, y gran amigo de la familia, que se había interesado con persistencia por la situación de don Pedro, recibió, al fin, el 28 de noviembre por la noche, la llamada de su hermano Rafael. «Vicente, deja de dar la murga por Perico Muñoz-Seca. Hoy por la mañana lo hemos matado». Rafael Alberti y María Teresa León, habían ocupado el palacete de los condes de Heredia-Spínola, en el número 7 de la calle del Marqués del Duero, y allí organizaban sus saraos. El 28 de noviembre, por la tarde, la fiesta fue de tronío, con botellas de 'Champagne', vodka y caviar revolucionario soviético. Informó de la fiesta Eduardo de Guzmán en El Heraldo de Madrid, y lo recuerda Julio Merino en su libro ‘El Viacrucis de los Escritores Españoles’, editado por JM, Córdoba, en 2017. La fiesta del 28 de noviembre se celebró en honor de las Brigadas Internacionales, y los tres invitados especiales fueron el embajador de la URSS, Illiá Ehrenburg, y el Gran Comisario de Stalin en Madrid, Mihail Koltsov. También asistieron el General soviético Kléber, el húngaro Maté Zalka ‘Lukacs’ y el dirigente comunista francés André Marty. Y Alberti leyó su poema a las Brigadas Internacionales”. Al grupo –según Ussía- se añadió Santiago Carrillo. Como colofón al relato, Ussía hace referencia a una Tercera del diario ABC escrita por Cayetano Luca de Tena, titulada 'Recuerdo de Don Pedro Muñoz-Seca'. Ese mismo artículo de Luca de Tena ya fue reproducido por Ussía en otro suyo, que tituló “Lágrimas correspondidas”, publicado en El Debate el 1 de octubre de 2022. Ussía, como puede fácilmente comprobarse, repite más que el ajo. No hace falta que nos recuerde que los “mártires de la Cruzada”, los que merecen estar en los altares, son solo los afectos al bando rebelde; y que los republicanos fueron inicuos, sin redención posible. Hay algunos ‘hombres de bien’ que afirman que los rojos hasta tenían rabo de siete colas. Merecen el fuego eterno. ¡Qué menos…!

 

No hay comentarios: