jueves, 7 de noviembre de 2024

Paiporta no es Almagro

 


Creo que el anunciado segundo viaje del  jefe del Estado al lugar valenciano del desastre de la dana, en este caso a Chiva, es desacertado conocido cómo andan los ánimos en esa Comunidad y el encono latente contra el presidente del Gobierno, acusándole la derechona injustamente de todos los males patrios desde al menos la muerte de don Rodrigo en la batalla de Guadalete. Nunca se debe pisar el rabo de un animal al que no conoces. Lo normal es que te muerda con saña. Valencia, también las monedas, tiene dos caras, como Jano: la de la solidaridad con los que lo han perdido todo y la del pillaje de los desaprensivos que buscan rentabilizar las desgracias ajenas en beneficio propio. Lo de Mazón es distinto. Ha hecho bueno el dicho de “si quieres conocer a Luisillo, dale un carguillo”. No quiso en ningún momento pasar al  ‘nivel tres’ de la catástrofe de la riada por no ceder competencias y poder seguir manejando la cuerda de trenzado. Era como un grumete manejando el desastre del ‘Titanic’  tras su raspado con un iceberg flotando a la deriva en las gélidas aguas del Atlántico Norte. A Mazón solo le faltó ponerse una gorra de visera con un ancla, como la que se ponía Franco en el ‘Azor’. A los españoles les pones una gorra de visera y comienzan a dar más órdenes a troche y moche que el tonto del paseo cuando dirige procesiones. Aquí, según se desprende de lo sucedido, entre todos la mataron y ella sola se murió, refrán castellano que se emplea cuando nadie desea asumir la parte que le corresponde de la responsabilidad de algún suceso infausto, en cuyo resultado han contribuido. Escribió José A. Alemán en Canarias Ahora (19/09/2019) a propósito de ese refrán, que “lo tenían siempre las abuelas en la punta de los labios cuando un crac de algo quebradizo estampado contra el suelo llegaba desde la habitación en que jugaba o se peleaba la jauría de nietos y no había forma de averiguar quién fue el culpable de la fechoría”. En previsión del posible ‘desastre’ casero, “los abuelos, ante la invasión de su casa por la chiquillería el 6 de enero quitaban de en medio cuanto fuera susceptible de hacerse añicos por más que siempre se les quedaba atrás alguna pieza”. No cabe duda de que, en el caso que nos ocupa, el pelotazo que ha hecho añicos el juego de café ha sido la dana desparramada desde el barranco del Pollo sobre, carreteras, vías de ferrocarril, polígonos industriales y viviendas construidas sobre rieras. No se puede urbanizar donde a alguien le venga en gana, porque las gotas frías, cuando parece que marchan, vuelven. Tampoco se debe comparar a Sánchez en Paiporta con lo sucedido en 1927 con Cagancho en Almagro, como pretenden algunos desde la prensa infame.

 

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