Resulta vergonzoso comprobar la actitud de la prensa de la derechona frente al desastre producido por la dana en la región valenciana. ¿Qué hubiese hecho mejor un gobierno presidido por Núñez Feijóo? ¿Cómo hubiese manejado la pandemia de coronavirus ese torpe gallego? ¿Y el desastre causado por el volcán de La Palma? ¿Y los efectos indeseables de la reciente gota fría? Una cosa es predicar y otra dar trigo. La derechona no predica ni da trigo. Solo insulta. Carece de ética, de empatía, y se le ve de lejos el pelo de la dehesa. Son como monstruos circenses ridículos que no dan miedo ni a los sietemesinos. La derechona, digo, como todo el mundo sabe, no da ni un celemín. Solo sabe difundir calumnias por si algo queda. Si tan mal lo está haciendo Sánchez, ¿por qué no le hacen de una jodida vez una moción de censura? Pues sencillamente por dos razones: una, por carecer de los apoyos necesarios; y dos, por no disponer de un programa medianamente serio de gobierno. Les empalidece recordar la foto del bolso de Soraya posado en el escaño de Rajoy mientras éste, ausente del Hemiciclo, rumiaba su derrota en un bar. Ante esa disyuntiva, aquella prensa que apoya a una derechona poco empática a cambio de recibir mamandurrias para evitar quiebras empresariales (Ayuso sabe mucho de ello) haría bien en informar con rigor, que es lo menos que se le puede ofrecer desde un diario a aquellos que cada mañana se acercan al quiosco. A un diario, lo menos que se le puede pedir es rigor en la información, y a una estatua, que no se mueva. Trasladar al lector a bombo y platillo que “la ministra de Defensa, Margarita Robles, ha sido desleal” como ha afirmado la portavoz del Ejecutivo valenciano; que el pseudosindicato Manos Limpias demande por homicidio imprudente a la directora de la Aemet y al responsable de Emergencias valenciano; o que un chiflado plumilla, que difunde bulos e insultos a troche y moche en un diario digital financiado por la Asociación Católica de Propagandistas escriba lo siguiente: “Los militares de Tierra, Mar y Aire están preparados para actuar en situaciones de emergencia nacional. [hasta ahí, todo correcto] Y además [ahí llega lo incorrecto] para impedir el saqueo de los comercios abandonados, el pillaje de los desaprensivos. Años atrás, este tipo de acciones no se producían, pero en España viven ahora los que ayer se mantenían en sus países de origen, y nos han traído sus costumbres”. O sea, que los que se dedican al pillaje no son españoles, sino los llegados en cayucos. La acendrada xenofobia de ese pobre diablo, al que echaron de varios periódicos serios por impresentable, no tiene límites. Solo le ha faltado decir que el teniente general que sacó los tanques a la calle el 23F en Valencia, o sea, su tío Jaime Milans del Bosch, lo hizo por amor a la Patria. Un poco más adelante, ese plumilla cuenta: “Todavía hay centenares de cadáveres perdidos. Pero el plan [¿de Sánchez?] es tan cruel como pérfido. Responsabilizar del desastre al Gobierno autonómico de Valencia. Cargar las culpas a su ineficacia y, finalmente, usar todos los poderes del Estado para demostrar que la eficacia estaba en el Gobierno de España y no en el autonómico de Valencia”. Solo un dato: la dana ya estaba avisada por Aemet a la Generalidad de Valencia el martes anterior al desastre. La responsabilidad de tomar las medidas necesarias para mitigar sus efectos dañinos, por tanto, correspondía al presidente de esa Comunidad, Carlos Mazón Guixot. El ventilador de la derechona para esparcir falacias no sopla con eficacia. Aquí no sirve el truco ni el trato, sino el deseo ferviente de poder ayudar en la medida de lo posible, como no podría ser de otra manera.
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