martes, 26 de marzo de 2013

Los ignorados




Leo en  “El País” que  “el Imserso pincha el turismo en invierno”. Me parece normal que, si el Gobierno recorta en Sanidad y Educación, también recorte un 30% en  turismo social para pensionistas. La crisis económica obliga a que quien desee ir de vacaciones se lo pague de su bolsillo. De la misma manera, si los hoteles de playa quieren reducir pérdidas en temporada no turística, que reduzcan los precios.  Los pensionistas bastante tienen a día de hoy con ayudar en la medida de lo posible a los hijos en paro. Pero lo más curioso –según leo en “El País- es que también se quejan las oficinas de farmacia próximas a los hoteles de playa, conscientes de que los ancianos son los que más medicamentos consumen. El Ministerio de Sanidad y Servicios Sociales, cuya cartera detenta la ministra Ana Mato, no pasa por sus mejores momentos. La sanidad pública se quiere privatizar y los servicios sociales no funcionan como debieran. Los viejos se han convertido en una rémora para el Estado excepto una vez cada cuatro años, cuando el voto de “los ignorados” ayuda a ganar las elecciones generales. En la letra de una canción de Fernando Ubiergo se cuenta que “los viejos son siluetas transparentes” y hasta se hacen chistes de pésimo gusto sobre ellos: “Abuelita, cierra los ojos. - ¿Y por qué quieres que cierre los ojos? - Porque papá dijo que, cuando cierres los ojos, seremos felices”. La inversión piramidal genera problemas económicos. Son necesarios dos trabajadores en activo para pagar una pensión y las tasas de desempleo se aproximan vertiginosamente al 27%. Ante estas desalentadoras circunstancias, el futuro se presenta negro como la boca de un túnel.  La vejez  carece de horizontes de futuro y eso complica las cosas. ¿Cómo solucionarlo? No lo sé. Joaquín Giró afirmaba en su blog sociológico (“El significado de la vejez”, jogiro, 29.4.2011) que “la imagen del envejecimiento es una imagen cargada de consideraciones negativas que implican discriminación de las personas de edad, al punto de producir no sólo indiferencia o abandono, sino también exclusión y negación de espacios y roles, negándoles el reconocimiento como sujetos de derecho”. Si Rajoy no tiene soluciones, pese a haber incumplido todas sus promesas electorales en beneficio de la troika, debe dimitir por vergüenza torera. Ana Mato también, pero por otras circunstancias que a todos sonrojan.

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