Algunas reseñas de prensa sólo se
convierten en noticia cuando casi no hay noticias que contar. En Semana Santa
parece como si se hubiese parado todo, excepto el tráfico en las carreteras y
el trasiego en las confiterías, que aprovechan para vender todo tipo de
laminerías a una clientela golosa ya de por sí gorda y con exceso de calorías.
Pero hoy me topo con una noticia en “Heraldo de Aragón” que me ha hecho reflexionar. Dice: “Atropellado
un anciano en el paseo de los Olvidados” (sic). Pone las iniciales del
atropellado, de 82 años, y en la nota se indica que fue arrollado cuando el
turismo conducido por un joven maniobraba marcha atrás. A veces –como dejó
escrito Antonio Gala- “el naufrago, agonizante y solo, es más grande que el mar,
porque él sabe que muere y el mar no sabe que lo mata”. En Zaragoza existe un
barrio periférico joven fruto de la expansión del ladrillo llamado
Valdespartera, donde a todas sus calles les pusieron nombres de películas. Y
“Los olvidados”, travesía donde fue arrollado el anciano, es el título de una
película de Luis Buñuel (1950) en la que se describen las andanzas de El Jaibo,
el joven que escapa de un correccional para reunirse con su compañeros de
pandilla. Pero a lo que iba, el anciano resultó con heridas de “pronóstico
reservado”, que es una predicción incierta porque los médicos, cuando hacen tal
pronóstico, siempre se “curan en salud” de cara a la familia de la víctima del
atropello, que llena de angustia queda a la espera de que el anciano pueda mejorar
o empeorar en las siguientes horas. Las predicciones de los médicos, en esos
casos, son semejantes a las predicciones de los meteorólogos: puede que llueva
o que no llueva, que haga frío o que haga calor… Así, no hay equivocación
posible y todos tan contentos. Pero, al margen de por dónde sople el viento,
que un anciano sea atropellado en el paseo de Los Olvidados (Heraldo de Aragón
debería haber señalado con mayúscula el artículo masculino plural) siempre
produce un cierto abatimiento al lector de la noticia.
No hay comentarios:
Publicar un comentario