lunes, 18 de marzo de 2013

Ni rey de oros ni sota de copas




Bourbon, Borbón, Borbó… La castellanización del apellido suena raro. Su catalanización, también. Lo cierto es que a Juan de Borbón le quieren quitar la avenida en Barcelona. Lo demás son pamplinas. Alfonso Ussía escribe en “La Razón” indignado de que se haga esa “afrenta” al conde de Barcelona. Pues, mire usted, dígaselo a los catalanes, que son dueños de su destino. A mi entender, me da lo mismo que en el callejero ponga “Avenida de Juan de Borbón” que “L’avinguda de Joan de Borbó”. El hecho cierto es que le quitan la calle a un señor que iba para rey de España y se quedó compuesto y sin novia por expreso deseo de Franco. De nada le sirvió su pretensión de unirse a los sublevados contra la Segunda República, cuando el 1 de agosto de 1936 cruzó la frontera española por Dancharinea acompañado de un grupo de navarros monárquicos. De nada le sirvió pasar con identidad falsa quien se hizo pasar por Juan López, trabajador del Hotel “La Perla”, de Pamplona. De nada le sirvió que se pusiese un mono azul con las cinco flechas de Falange y una boina roja de Requeté que le habían regalado. Y no pasó inadvertido en el Parador de Aranda de Duero, camino de Burgos, cuando Fidel Dávila, al teléfono, le transmitió la orden de Emilio Mola de volverse por donde había venido. Un paripé deplorable que avergonzaría a cualquier español con algo de dignidad. Para Ussía, Barcelona es “esa ciudad grandiosa cada día más habitada por aldeanos de horizontes inmediatos”. Para Ussía, “se advierte la mala intención de los incultos, los perversos, los groseros y los paletos de ERC y CiU. (…) Parece que les molesta la sombra magnífica del Rey marino”. Bueno, bueno… Mire, Ussía, tonterías, las justas.

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