domingo, 3 de marzo de 2013

Épicos relatos orientales




Durante mucho tiempo se nos estuvo susurrando la milonga de que el rey Juan Carlos había sido el artífice de que se adjudicase la línea de alta velocidad entre Meca-Jeddah-Medina a España. Una línea de 450 kilómetros de doble vía electrificada, que cuenta con un presupuesto global de 12.000 millones, de los que 6.736 millones están destinados a la segunda fase adjudicada al Consorcio hispano-saudí. Pero ahora resulta que el éxito de la operación se lo debemos a la empresaria iraní Shahpari Zanganeh, tercera esposa del saudita Adnan Khashoggi, ante el fracaso de las negociaciones de Rodríguez Zapatero, al que habían pedido ayuda los empresarios de las sociedades interesadas en su construcción (Cobra, Consultrans, Copasa, Dimetronic, Imathia, Inabensa, Inda, Talgo y OHL) y que Zapatero, puenteando a José Blanco, delegó en  la ministra de Asuntos Exteriores, Trinidad Jiménez, con resultado nulo. Pero la empresaria Zanganeh, que no es precisamente Teresa de Calcuta, recibirá una comisión de casi 135 millones de euros, o sea, del  2% de esos ingresos (6.736 millones) si tomamos como buena a la nota de prensa que dio a conocer el Ministerio de Fomento el 15 de septiembre de 2012. Esa segunda fase –leo textual en esa nota.- “incluye el diseño y construcción de la superestructura e instalaciones ferroviarias (electrificación, señalización, comunicaciones, etc.), el suministro de 35 trenes de alta velocidad diseñados para velocidades de más de 300 km/h y opción de compra de otros 20 trenes más durante el período de operación, el mantenimiento de dicho material rodante y la explotación y conservación de la línea por un período de 12 años”. Finalmente, el 14 de enero de 2012, la ministra de Fomento, Ana Pastor y el ministro de Asuntos Exteriores, García-Margallo, protocolizaban en Riad la firma del contrato de construcción y posterior explotación del proyecto por parte del Consorcio. La firma fue ratificada, por parte del Consorcio Al Shoula Group, por el príncipe Abdul Aziz Ben Mishaal Ben Abdul Aziz, por representantes de las distintas empresas españolas y, por parte saudí, por los ministros de Hacienda, Ibrahim Al-Assaf, y de Transportes,  Jabara Ben Eid Alsuraiseri. Y García-Margallo, como puede leerse en las hemerotecas, hizo hincapié en que ese proyecto no habría sido posible sin el continuo y permanente apoyo del Rey. Pero la verdadera milonga la contó en la revista “Tiempo” Antonio Rodríguez (“Así consiguió el Rey el contrato del siglo”, 3.11.11) que no transcribo por su extensión pero que invito a leer, donde el periodista hace referencia, entre otras cosas, a la operación quirúrgica del rey Abdulá (de hernia discal), al telegrama de su “hermano” Juan Carlos, a la muerte del sultán Sultan ben Abdul Aziz, al viaje de Felipe de Borbón al entierro…Vamos, como una historia entresacada de “Las mil y una noches”. Ahora sabemos que la Scheherezade de esta fábula de trenes, donde también aparece un rey de nombre Shahriar, es Shahpari Zanganeh, tercera esposa de un rico traficante de armas. Y a los españoles se nos ha ensombrecido el épico relato.

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