El 15 de marzo de 2003 se hizo la
famosa foto de las Azores. Los personajes que iban a arreglar el mundo a base
de bombardeos eran George W. Bush, Tony Blair y
José María Aznar. Desde esas islas portuguesas se lanzó un ultimátum al
gobierno iraquí para que procediese a desarmarse. Aunque no se encontraba
frente a la cámara, también estuvo presente José Manuel Durão Barroso que, a posteriori, siendo presidente de la Comisión
Europea, declaró en 2007 que “le engañaron”. Más tarde se
comprobaría que Irak no tenía en su territorio armas de destrucción masiva.
Pues bien, diez años después cuenta “El País” que “el Ministerio de Defensa
va a investigar las ‘deplorables’ imágenes de soldados maltratando a detenidos
en Irak para determinar ‘si son ciertas’ y si pueden depurarse
responsabilidades”. El diario “El País” ha hecho público hoy un video de 40
segundos en el que aparecen cinco soldados españoles dando patadas a unos
iraquíes detenidos en Diwaniya.¡Cómo que si pueden depurarse responsabilidades!
Naturalmente que sí. Se puede y se debe. Pedro Morenés tiene la obligación
inexcusable de investigar ese vergonzoso asunto hasta el final. Ningún matón
debe irse de rositas, sea civil o militar. Tampoco se debe mirar para otro lado
esperando que esos hechos miserables prescriban. La foto de las Azores fue una
insensatez. Y el video existente de esos cinco soldados, de ser cierto su
contenido, equivale a una bravuconada inadmisible e impropia de seres
civilizados.
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