Carlos Cuesta, en
El Mundo, escribe un artículo, Idiotizar la bandera, donde hace una
serie de reflexiones. Escribe: “Si un separatista muestra una bandera no
protegida por nuestra normativa de símbolos y contraria a cualquier opción
constitucional, se convierte en un defensor de la democracia y el derecho a
votar. Pero si un no nacionalista porta una bandera -la española- votada por
todos en la Constitución,
protegida como símbolo nacional por nuestra legislación, entonces se convierte
automáticamente en un facha”. En efecto, la bandera española es el símbolo del
Estado. Así lo dice la Constitución de 1968 en su artículo 4. Pero ese mismo artículo también reconoce a las
Comunidades Autónomas la posibilidad de crear sus banderas y enseñas propias.
De la misma manera la
Constitución no dice nada del matiz “gualda” sino del color
“amarillo”. Ya se sabe que los nacionalismos se curan viajando; pero, a mi
entender, la actual bandera española, roja y amarilla, fue la misma bandera que
se repuso en la zona rebelde durante la Guerra
Civil y que se mantuvo durante todo el periodo franquista.
Tampoco hay que olvidar que existió una Constitución
de 1931, votada por los españoles, institucionalizada en su primer
artículo, que señalaba: “La bandera de la República Española
es roja, amarilla y morada”. La bandera bicolor se identificaba con la
monarquía borbónica. También con el franquismo que terminó por medio de las
armas con la forma de Estado legal hasta 1939 y que nunca se derogó. Pero hubo
un error de matices en la bandera tricolor que conviene señalar. Si bien el
color morado representaba el pendón de Castilla, lo cierto es que tal pendón
nunca fue morado sino carmesí. Y el púrpura, que tiene una similitud cromática
con el morado, está presente en el escudo de León. El color morado está
presente, en cambio, en el uniforme del Regimiento
Inmemorial el Rey, o tercio de la Infantería de Castilla, y en el Regimiento de Reales Guardias de Infantería,
que lo usa para su coronela en vez de la reglamentaria coronela blanca. A decir
verdad, la actual bandera bicolor no tiene mucho tiempo de vigencia. Fue
adoptada en 1843, coincidiendo con la mayoría de edad de Isabel II, siendo presidente del Gobierno Francisco Martínez de la
Rosa, aunque se utilizase como pabellón naval desde 1786
para evitar confusiones.
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