martes, 6 de junio de 2017

A vueltas con la bandera





Carlos Cuesta, en El Mundo, escribe un artículo, Idiotizar la bandera, donde hace una serie de reflexiones. Escribe: “Si un separatista muestra una bandera no protegida por nuestra normativa de símbolos y contraria a cualquier opción constitucional, se convierte en un defensor de la democracia y el derecho a votar. Pero si un no nacionalista porta una bandera -la española- votada por todos en la Constitución, protegida como símbolo nacional por nuestra legislación, entonces se convierte automáticamente en un facha”. En efecto, la bandera española es el símbolo del Estado. Así lo dice la Constitución de 1968 en su artículo 4. Pero ese mismo artículo también reconoce a las Comunidades Autónomas la posibilidad de crear sus banderas y enseñas propias. De la misma manera la Constitución no dice nada del matiz “gualda” sino del color “amarillo”. Ya se sabe que los nacionalismos se curan viajando; pero, a mi entender, la actual bandera española, roja y amarilla, fue la misma bandera que se repuso en la zona rebelde durante la Guerra Civil y que se mantuvo durante todo el periodo franquista. Tampoco hay que olvidar que existió una Constitución de 1931, votada por los españoles, institucionalizada en su primer artículo, que señalaba: “La bandera de la República Española es roja, amarilla y morada”. La bandera bicolor se identificaba con la monarquía borbónica. También con el franquismo que terminó por medio de las armas con la forma de Estado legal hasta 1939 y que nunca se derogó. Pero hubo un error de matices en la bandera tricolor que conviene señalar. Si bien el color morado representaba el pendón de Castilla, lo cierto es que tal pendón nunca fue morado sino carmesí. Y el púrpura, que tiene una similitud cromática con el morado, está presente en el escudo de León. El color morado está presente, en cambio, en el uniforme del Regimiento Inmemorial el Rey, o tercio de la Infantería de Castilla, y en el Regimiento de Reales Guardias de Infantería, que lo usa para su coronela en vez de la reglamentaria coronela blanca. A decir verdad, la actual bandera bicolor no tiene mucho tiempo de vigencia. Fue adoptada en 1843, coincidiendo con la mayoría de edad de Isabel II, siendo presidente del Gobierno Francisco Martínez de la Rosa, aunque se utilizase como pabellón naval desde 1786 para evitar confusiones.

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