Yo nunca había pensado en la razón por la que las tapas de
alcantarillas son siempre redondas. Pero hoy me lo ha explicado El País de forma sencilla. El motivo es
que siendo redondas nunca se caen por el agujero al tener una anchura
constante. También hay tapas cuadradas y rectangulares, pero en agujeros de muy
poca profundidad. Si se cuelan en su interior, se puede recoger con las manos.
Claro, lees estas cosas recién levantado de la cama mientras tomas un café y se
te queda cara de gilipollas para todo el día. A ustedes no sé, pero a mí lo
último que se me ocurriría cada mañana sería mirar a la calle, clavar mi mirada
sobre una alcantarilla y llegar a la conclusión a la que ha llegado ese
periódico global. Todo lo más a lo que llego es a arrancar la hoja del taco de
calendario y a leer su reverso. Un día te cuenta dónde colocar el router, o sea, ese dispositivo que
proporciona conexión inalámbrica a
internet; o te dice qué es la litosfera; o refranes populares al estilo de “los
febreros y los abriles, los mas viles”; o el hallazgo de una nueva ardilla en
Laos..., etcétera. Después hago con la hoja de calendario un avión e intento
hacerlo volar. Siempre termina en una rendija entre la lavadora y el
frigorífico imposible de rescatar. Como las alcantarillas, los ombligos también
son redondos. Y no sabría decirles por qué.
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