Los artículos de
José
Luis Trasobares en
El Periódico de
Aragón tienen para mí el mismo respeto que el catecismo del jesuita
Gaspar Astete, aquel cuadernillo de mi
infancia que lo que decía “iba a misa”. Resulta que los desterrados hijos de
Eva estamos hartos de tanta mentira.
Señala hoy Trasobares: “La gente sigue muy tensa, muy encabronada. Estamos en
fase de recuperación pero de una recuperación que consagra la nueva realidad:
tener un trabajo no te resuelve gran cosa porque cobras una mierda. El otro
día, la ministra del ramo, tan salorosa (sic) y convincente, afirmaba que ya se
han recuperado dos de cada tres puestos de trabajo destruidos por la crisis del
2008. ¡Qué más quisiéramos! En realidad, en términos salariales apenas se ha
recuperado medio empleo de aquellos. Solo que esa mitad se la reparten entre
dos personas, a setecientos euros
per
cápita.” Los españoles, según entiende la ministra del ramo, o sea, la
ministra
Fátima Báñez, da por
supuesto que nuestro bienestar se lo debemos a la
Virgen del Rocío, cuya imagen asaltaron
saltando la verja esta pasada madrugada los hombres de las 60 peonadas y las
mujeres de los faralaes, el clavel en el pelo y el Triana vida mía. Báñez
supone que vivimos en estado de culpa, que necesitamos de la mortificación,
pero que la
Blanca Paloma nos librará
del cautiverio si seguimos votando al PP, que es el partido que sostiene al
Gobierno que crea empleo. Báñez es consciente de que si el primer hombre, es
decir,
Adán, hubiera conservado el
feliz estado de inocencia, ni él, ni sus descendientes habríamos necesitado
abrigos para cubrirnos, ni casas para defendernos de la intemperie, ni remedios
para curar nuestros males, ni nos habríamos convertido en un saco de miserias,
que es lo que somos. Sigue escribiendo Trasobares que “el bueno de
Mariano ha estado y está rodeado de
cosas raras: administradores y accionistas de sociedades
off shore, banqueros fuleros, propietarios en la bendita Suiza de
cuentas, depósitos, legados y lingotes de oro, chorizos de alto nivel
amnistiados o entalegados, bigotes, conseguidores, empresarios con patente de
corso, ministros extravagantes...”. Así no hay manera. Y encima esta sequía
africana que todo lo devora.
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