Un
editorial de hoy en El País recoge
las serias advertencias del gobernador del Banco de España frente a los
triunfalismos del Gobierno. La precariedad salarial, la falta de competencia en los mercados y la caída
de la productividad son los tres pivotes sobre los que gira una economía
española hilvanada con alfileres. La precariedad laboral, que ya se ha hecho
crónica, según Linde, “lastra la
productividad e impide que crezca valor añadido”. Ignoro cuantos días de
trabajo son necesarios en Venezuela para poder adquirir un pollo. Ne importa
una higa. A mí, como ciudadano, me interesa que en España se termine con “el pollo”
de las corruptelas del partido que sustenta el Gobierno, que parecen no tener
fin. Ahora, la Audiencia Nacional, que a mi entender carece de sentido desde la
desaparición del terrorismo etarra, envía a juicio por sedición a Josep Lluís Trapero y a la cúpula de
los Mossos, o sea, a la intendente Teresa
Laplana, el exdirector de los Mossos Pere
Soler y el ex secretario general de Interior de la Generalitat César Puig, y la juez Lamela lo eleva a la Sección Primera de
la Sala de lo Penal para su enjuiciamiento. En qué quedamos: ¿hubo en
Cataluña sedición por omisión, rebelión, delito de organización criminal,
intento de secesión, malversación de fondos por parte de Puigdemont, falta de patriotismo, o las seis cosas juntas? Vale,
pues que los juzguen y acabemos de una vez con este mal sueño. El exministro
alemán de Medio Ambiente y de Agricultura Jürgen
Tritin, declaraba a Salvador
Martínez, del diario digital El
Español, que “la cuestión del independentismo catalán debe resolverse en el
marco de la Constitución española”. Un asunto político, quiero entender, que de
ninguna de las maneras debiera resolverlo los tribunales de justicia. También
señalaba Trittin que “después de la España franquista, los gobiernos de España,
ya fueran del PP o el PSOE, estuvieron durante mucho tiempo pendientes de
formar mayorías con los partidos nacionalistas. Los gobiernos centrales pagaron
un precio por esos votos: las regiones se aprovecharon de eso”. (…) “El
problema, en mi opinión, -sigue declarando Trittin- es que Mariano Rajoy no es capaz de negociar. Yo no le veo interesado en
la extradición de Puigdemont. No tiene mayoría en el Parlamento. Está en el
poder porque es tolerado por unos y otros y bajo mucha presión en las
encuestas. Su partido está ya detrás de Ciudadanos”. Y lo que te rondaré,
morena.
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