jueves, 10 de febrero de 2022

Bergamín no era tonto

 


Hoy, Ussía en El Debate (y sin venir a cuento) arremete contra José Bergamín con enfermiza saña. Dice: “Conocí a Bergamín, con quien compartí una página de versos satíricos en Sábado Gráfico, y Cela no se equivocó. Era un poeta menor de su generación, y muy tonto. Un tonto devorado por los rencores y su propia mediocridad. Madrileño-malagueño, se refugió en Fuenterrabía, en la casa de Alfonso Sastre y la terrorista Genoveva Forest, y se manifestó partidario de la ETA. Cuando falleció fue enterrado entre símbolos siniestros, banderolas de sangre y gritos en batúa”. Sí parece cierto que Bergamín, que pasó sus últimos años en el País Vasco, escribió un soneto, “Ecce España” bastante ácido: Dicen que España está españolizada, / mejor diría, si yo español no fuera, / que, lo mismo por dentro que por fuera, / lo que está España es como amortajada /.  Por tan raro disfraz equivocada, / viva y muerta a la vez de esa manera, / se encuentra de sí misma prisionera  y furiosa de estar ensimismada /. Ni grande ni pequeña, sin medida, / enorme en el afán de su entereza, / única siempre pero nunca unida;/ de quijotesca en quijotesca empresa,/por tan entera como tan partida, / se sueña libre y se despierta presa". Pero Bergamín, que se sepa, consiguió que España fuese la sede del Congreso  Internacional de Escritores en 1937. A Bergamín se debe el encargo que hizo a Picasso ese mismo año para confeccionar un mural para el pabellón español de la Exposición Internacional de Paris, el famoso “Guernica” que hoy se puede contemplar en el madrileño Museo “Reina Sofía”. Bergamín tiene en su currículo 33 obras en prosa publicadas, 16 obras de teatro y 13 libros de poesía. Bergamín fue hijo de un ministro de la Restauración, estudió Derecho en Madrid, fue amigo de Unamuno, se opuso frontalmente a la Dictadura de Primo de Rivera, fue director general de Seguros en el Ministerio de Trabajo con Largo Caballero, fundó varias revistas, presidió la Alianza de  Intelectuales Antifascistas, marchó exiliado a  Mexico y más tarde estuvo en Venezuela, Uruguay y Francia. Se casó con una hija de Arniches. Regresó a España en 1958. Firmó un manifiesto junto a más de cien intelectuales contra Fraga Iribarne donde se denunciaban torturas y represión franquista. Se consideró siempre republicano y quiso ser enterrado en Fuenterrabía “para no dar mis huesos a la tierra española”. Ese fue José Bergamín Gutiérrez. ¿Quién coño es Ussía? Como dejó escrito José María Izquierdo: “El caballero que esgrime dos armas propias: la brillantina y el ripio”. Un articulista que –como recuerda LUHnoticias.es “terminó sus días en ABC en 2004 al publicar su artículo ‘El cerdo vasco’, olvidando el peso del capital vasco en el accionariado de ese periódico”. Un tipo que, como dejó escrito Antonio Miguel Carmona en Diario Progresista sin cortarse un pelo, “va de estirado por la vida, como si fuera a mandar un batallón, más parecido a un viejo tarado que no sabe vivir más que de sueños, fraude como persona y tonto útil para aquellos que solo desean su beneficio propio. Como si fuera un zambullo hueco que no tiene ni gracia cuando trata de parecerse a su abuelo”. También le echaron de La Razón donde -como decía Carmona en aquel artículo- “insultó al Grupo Planeta, a su director, Francisco Marhuenda; provocó que su propia editorial tuviera que pagar ingentes cantidades de dinero por las demandas siempre perdidas de este supuesto fané, anticuado y asmático de ideas”.

 

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