jueves, 27 de abril de 2023

Ni punto ni espacio

 

Observo que en muchos establecimientos comerciales de solera, debajo del rótulo que le da nombre aparece en letras más pequeñas “fundado en…”. Lo que no termino de entender es por qué al año le ponen punto entre la cifra que marca los millares y la que indica las centenas. Cosa distinta es cuando se expresa una cantidad de años, verbigracia: “hace 50 000 años”. En tal caso tampoco se debe utiliza el punto sino dejar un espacio entre los millares y las centenas. No entiendo cómo los responsables de esos establecimientos que llevan funcionando tantos años no hacen tan sencillas rectificaciones en algo que constituye una evidente falta ortográfica. No se le pide a los dueños de esos establecimientos (joyerías, tabernas, etcétera) que deban tener a mano el “Libro de Estilo” de El País o de ABC, de la misma manera que al ciudadano que entra en un templo no le pide el sacristán en la puerta un papel que acredita la “fe de bautismo”, con el nombre del bautizado, el sexo, la fecha, el lugar de nacimiento, el nombre de los padres, de los padrinos, de los abuelos paternos y maternos, y del ministro, pero no del ministro de Agricultura o de Defensa,  sino del clérigo que procedió a derramar el agua bendita sobre la cabeza del neonato a los pocos días de nacer. Simplemente se les pide a los establecimientos que presumen de mucha antigüedad  que no tengan faltas de ortografía en los rótulos de las fachadas que van quedando, cada vez menos, y que ya forman parte del “patrimonio gráfico”. No da buena imagen. Rectificar es de sabios.

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