domingo, 31 de julio de 2016

Rechazo tóxico




La columna de Manuel Vicent aparecida hoy en El País, “Cenizas”, debería hacernos reflexionar y entender lo que realmente acontece en este corral de comedias en el que los actores no se saben el papel ni se entienden, se larga el apuntador de su concha y el público asistente observa turulato desde su butaca de patio un enredo a todas luces incomprensible. Si se tratase de una película, el espectador podría entender, si acaso, que se pudiesen haber trastocado las bobinas a la hora de proyectar. Pero en el proscenio y en directo la trama es turbadora e induce a la vergüenza ajena por lo que tiene de disparatada. Vicent, en referencia a “la grave crisis por la que atraviesa el país”, da por hecho que debería ser “normal” que el partido del Gobierno, en funciones desde el pasado mes de diciembre, y el primer partido de la Oposición se entendiesen de alguna manera. Pero sostiene Vicent: “No es la economía, ni la reforma laboral, ni la ley mordaza, ni la educación, ni la sanidad, sino la toxicidad política que emite esta derecha lo que hace que el trato sea prácticamente imposible. Es muy difícil pactar con un partido que permite que el dictador permanezca en su panteón faraónico del Valle de los Caídos, un escarnio a la memoria colectiva, mientras pone todas las trabas posibles a desenterrar de las cunetas a los fusilados republicanos hasta hacer sentir a sus familiares que fueron los culpables de aquella tragedia. Para evitar el rechazo tóxico que provoca, esta derecha debería sacudirse de encima el franquismo larvado que aún la atenaza y cumplir dos requisitos básicos: entregar los huesos de Franco a su familia y condenar oficialmente el golpe de Estado del 18 de julio, algo que no ha sucedido todavía. El Partido Popular se comporta como el dueño del cortijo y siempre tiene a mano algún capataz dispuesto al insulto con la boca torcida al estilo tabernario”. Cierto. Los nietos de aquellos insensatos, tanto civiles como militares, que montaron con la aquiescencia de la Iglesia Católica el cisco padre hace ahora ochenta años, continúan ganando las elecciones, pese a la corrupción existente en el seno de sus filas, aprovechando el temor generalizado de gran parte de los ocho millones y medio de jubilados que temen perder una miserable pensión que ayuda, sin embargo, a mantener a hijos y nueras en paro y a nietos sin horizontes. En España no habrá reconciliación posible mientras, como escribió Concha Alós, (recuerden que la jet set literaria ni se inmutó cuando después de estar enferma desde hacía años de alzhéimer fue enterrada en el cementerio de Montjuich) los gigantes se escondan de nosotros para reírse.

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