Los bilbilitanos pensaban que se ahogaban con la tromba
caída en la atardecida del pasado lunes
sobre la ciudad. Hace tiempo que no voy por alli, como sería mi deseo, pero
supongo la fuerza con la que bajaría el agua por la rúa de Dato hasta chocarse
con el murete de la antigua Confitería de
Caro, donde más tarde pusieron el Minibar,
cerca de la Plaza
del Fuerte. La rúa de Dato es un barranco natural por donde discurren aguas
abajo diversos barrancos procedentes de la Sierra de Armantes. Las aguas de escorrentía de los Barrancos de las Pozas y de la Bartolina y de
Valdearenas, el collado de los Castillos y el cerro de Homero, siempre toman el
camino más corto en su arrastre mezclado con yesos salitrosos de origen
lacustre. Cuenta la prensa local que “las zonas más afectadas por la
tormenta fueron el paseo Sixto Celorrio, el entorno de la plaza San
Benito, calle Coral Bilbilitana, la
Puerta de Terrer, el polígono industrial La Charluca, la rotonda de
acceso al hospital en la avenida Valencia y el parque de Valdearenas”. Hay que
destacar la importante actuación de los bomberos de la Diputación Provincial
de Zaragoza. Para que ahora vengan determinados grupos políticos señalando que
sobran las diputaciones provinciales porque generan duplicidad de servicios. Si
no fuese por esa Institución, muchos pueblos pequeños no recibirían un ochavo,
ni existiría un Parque de Bomberos que da servicio a la Comarca ni el respetable Centro de Estudios Bilbilitanos, situado
en la remozada Puerta de Terrer, dependiente de la Institución Fernando el Católico. También sufrieron
importantes daños en caminos y cosechas
las localidades de Maluenda y
Paracuellos de Jiloca. Y ahora yo me pregunto: de no ser por la Diputación Provincial
de Zaragoza, ¿qué organismo oficial arreglaría los caminos rurales de las zonas
afectadas? Mejor será que responda desde
su autoridad José Manuel Aranda.
No hay comentarios:
Publicar un comentario