El consejero de Agricultura de la Comunidad de Aragón,
Modesto Lobón, ya ha anunciado que se va a destinar una partida de 64 millones
de euros en la modernización de regadíos y en la concentración parcelaria. Eso
me recuerda aquella primera disposición sobre concentración parcelaria llevada
acabo por el entonces ministro de Agricultura Rafael Cavestany de Anduaga, allá
por 1952. Modesto Lobón, uno de los artífices del pacto de gobernabilidad de Aragón
con la coalición PP – PAR en 2011, que cultiva la faceta de escritor y tiene
tres libros publicados, pretende ahora desenterrar viejos planes de la
dictadura franquista para la gente del campo. Ya saben cómo funciona la cosa: se lanzan planes de
regadíos, se propone la concentración parcelaria, se construyen nuevos pueblos
de colonización con nombres sonoros, al estilo de Bardenas del Caudillo,
Valsalada, Pinsoro, Ontinar de Salz, El Bayo, Santa Anastasia, Sodeto, etcétera;
se fabrican casas bajitas y una iglesia, se envían a esos lugares nuevos colonos,
a ser posible con familias numerosas y afectos a la Derecha, se hacen plantaciones
corta-vientos de cuatro filas de chopos plantadas al tresbolillo y se crea de
inmediato una Caja Rural para el manejo de sus posibles beneficios. En Aragón,
durante el franquismo, se fundaron más de 30 pueblos y se construyeron 4.000
viviendas entre los años 50 y 60. Ese proceso, contemplado en la Doctrina del Movimiento,
se produjo en toda España, pero especialmente en Aragón, en Extremadura y en
Andalucía. En suma, se pretende ahora retomar las reivindicaciones históricas
de la política hidráulica de Joaquín Costa y de Francisco de los Ríos de 1913. Los
políticos que gobiernan Aragón, por lo visto, pretenden aumentar el número de
pueblos ya existente, cuando lo que interesaría en esta época de recesión sería agrupar
núcleos rurales de pequeña entidad por ver
de reducir costes. Pero nada de eso. Primero, para dar capricho a José Ángel
Biel (socio político del PAR coaligado con el PSOE de Marcelino Iglesias) se troceó Aragón en comarcas, de acuerdo con
el decreto legislativo 1/2006, de 27 de diciembre, del Gobierno de Aragón, por el que se
aprobaba el texto refundido de la
Ley de Comarcalización de Aragón. Colocar con sueldos considerables a “gente de
la cuerda” en las correspondientes
oficinas comarcales es hoy a todas luces un gasto difícil de asumir por la Comunidad. Y ahora Lobón, como
si el dinero cayese del cielo, pretende destinar nada menos que 64 millones de
euros a regadíos no sabemos dónde y a la concentración parcelaria de no sabemos
qué comarcas. Le sugiero que, de paso, vuelva a poner en todos los pueblos
aragoneses los “teleclubs”, para concentrar a los ciudadanos de las aldeas a la
hora del telediario de la Primera Cadena,
con el giro sesgado que están tomando las noticias desde los recientes cambios
en RTVE, donde vuelven a reponer los programas de Félix Rodríguez de la Fuente y hasta “Curro
Jiménez”. Con un poco de suerte volverán “La mansión de los Plaf”, “Verano
Azul” y “El alma se serena”. En fín, esperemos que a Lobón le salgan las cosas
bien y sus planes de regadíos sean mejores que los de Badajoz y produzcan
magníficas cosechas. Pero también habré de recordarle, tanto a Luisa Fernanda
Rudi como a este nostálgico consejero, lo que sucedió en el pueblo de
colonización de Puilato, en Zaragoza, que vio hundirse su suelo por la
aparición de una falla, motivada por la irrigación de las zonas circundantes.
No hay comentarios:
Publicar un comentario