sábado, 21 de julio de 2012

Sin arreglo



Este país no tiene arreglo. Hace tiempo, en Aragón, un cartero tiraba las cartas al río para, de este modo, terminar  antes su reparto de correspondencia. Ayer, un tren de viajeros no continuó su recorrido porque el maquinista abandonó su trabajo en la barcelonesa estación de Sants. Según parece, el maquinista  entró en el primer vagón y le dijo amistosamente a una pasajera: “Nos vemos el domingo”. Este es un país donde el presidente del Ejecutivo, ante las dificultades económicas existentes, achaca el problema a la herencia recibida. Y miren ustedes por dónde, la única Comunidad Autónoma que, al menos de momento, ha solicitado el “rescate” al Fondo Autonómico de Liquidez  es la Comunidad Valenciana por la herencia recibida de  Francisco Camps. Este es un país donde los propios compañeros se ven en la obligación de desprenderse del presidente del CGPJ, Carlos Dívar, como consecuencia de una denuncia del vocal José Manuel Gómez Benítez, por los gastos derivados de una veintena de viajes realizados en fin de semana a Marbella durante los últimos tres años. Este es un país en el que, asombrosamente, ni el juez instructor José Castro ni la Fiscalía Anticorrupción ni la Audiencia de Palma de Mallorca  encuentran indicios  para imputar a la infanta Cristina en la investigación sobre el Instituto Nóos. Este es un país donde el presidente del Gobierno ha utilizado “el método Urdangarín”, haciendo uso de puertas de servicio en el Congreso para evitar tener que hacer declaraciones a la prensa. Este es un país donde el Rey declaró a los periodistas que le acompañaban en su último viaje a Rusia que “otro aún estaría de baja, pero yo tengo que currar”, refiriéndose a la misión de intentar el contrato del trayecto del AVE entre Moscú-San Petersburgo; cuando, en realidad, fue el ministro de Exteriores, García-Margallo, el que organizó aquel viaje “al más alto nivel económico” (se ponían en juego 17.500 millones de euros), aprovechando que el Rey debía desplazarse hasta Moscú para recibir el Premio Estatal de la Federación Rusa de manos de Vladimir Putin, dotado de 5 millones de rublos. Este es un país donde existe un aeropuerto recién construido, el de Castellón, donde no existen aviones ni pasajeros sino una enorme “efigie” de Fabra hecha por Ripollés, de la que sale un avión. ¡Chúpate esa!

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