Leo una amplia entrevista que
Alfonso Armada le hace en ABC a Arturo Pérez-Reverte. Se habla de grafiteros,
esos escritores que “quieren hacerse oír”. Me llama la atención cuando, en un
momento de la entrevista, se le pregunta a Pérez-Reverte sobre la crisis que
padecemos en España. Dice: “Eso de que una crisis te hace bueno es mentira. Yo
no veo una regeneración moral como resultado de esta crisis. Veo un cabreo,
cuando te toca, porque cuando no te toca aquí no se cabrea nadie. Te cabreas
cuando te toca. Veo un cabreo, una indignación, pero lo que no veo es una
regeneración moral de una sociedad que estaba enferma. Sin regeneración moral
aunque pase la crisis seguiremos siendo tan torpes y tan egoístas y tan ciegos
como éramos antes”. Joé, que gran verdad encierran sus palabras. También su
referencia a don Quijote: “Quien mucho anda y mucho lee, algo sabe”. Claro,
claro…Y en el mismo diario aparece Jaime Montalvo, presidente de “Ayuda en
acción”, diciendo a Alejandro Carra que “nunca pensamos que habría niños que
comiesen una vez al día en nuestro país.
(…) No estábamos preparados para una crisis como esta”. Empieza a haber “hambre
de la mala”, como dice la infanta Pilar al referirse al hambre de la posguerra. Hoy nos enteramos de que Felipe de
Borbón, que iba a presidir un foro empresarial con miras a vender la Marca España, ha
tenido que suspender su viaje a Brasil por la avería técnica (un cortocircuito
en el “flap” del ala izquierda) de un airbus A-310 de la Fuerza Aérea Española. Estamos
mirados por el tuerto. Esas cosas suelen ocurrirles a los viajantes de
comercio, cuando el lunes se dan cuenta de que al utilitario le falla una pieza
del motor y no pueden ponerse en viaje para tratar de vender los productos de
su catálogo. Pero que le sucedan esas cosas al príncipe Felipe en un viaje
oficial es como para echarse a llorar. Tratar de vender la Marca España en el exterior sin
poderse llevar a cabo por el fallo técnico de un avión no da buena imagen de
nuestro país. Pero los ciudadanos de bien nos alegramos de que tal vuelo, el de
la madrugada pasada, no se haya producido. Sin seguridad no se debe volar. No
hay mal que por bien no venga. Todavía está fresca en la memoria de los
españoles el trágico accidente del vuelo JK5022 de Spanair, el 20 de agosto de
2008 en el Aeropuerto de Barajas, donde murieron 155 personas. El motivo fue
que no se pudieron extender los “flaps” y los
“slats” de aquel avión, bautizado “Sunbreeze”, como era necesario para
el despegue. Pues bien, el viaje a Brasil era importante para los intereses comerciales
de España en América, pero tampoco se trataba de la Toma de Granada. Habrá otras
ocasiones que justifiquen cruzar El Charco. Hay más días que longanizas.
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