Llevo días dándole vueltas a la
cabeza al caso del Cristo “restaurado” de Borja, sobre el que ya existe hasta
su figura actual plasmada en un vino con denominación de origen. Cecilia
Giménez, la autora de la polémica restauración del fresco del Eccehomo debió de
tomar como modelo al cabecilla de la guerrilla del Cáucaso, Doku Umárov y no a
Paquirrín, como algunos expertos en Arte suponían. Y ya que hago referencia a
cuadros y a frescos este día de Reyes, me gustaría saber cuándo estará listo el
cuadro de la Familia Real
que parece ser que está pintando al óleo el manchego Antonio López y que le fue
encargado hace ya casi 18 años por Patrimonio Nacional. Las cosas de Palacio
van despacio y Antonio López, que sabe
que Velásquez tardó 9 años en terminar el retrato de Las Meninas, le está
echando tomate a la cosa por ver si con esa dilación cesa el “martirio”,
según Rafael Spottorno, que está
produciendo el caso Nóos y la situación creada en Zarzuela, La, donde se está
trabajando con “varias hipótesis”. Lo que no sabemos es qué está pintando
Antonio López, si tenemos en cuenta que trabaja con una fotografía de los Reyes
y sus tres hijos realizada en 1992. Una foto de un Rey joven y sin achaques
solo superada por la última que ha hecho “Hola” tras haber pasado por el taller
de Photoshop de Juan Chávez la víspera del mensaje navideño (el menos visto en
los últimos 15 años) y que le ha dejado “cumbre”, como diría Jesulín de
Ubrique, o como al lindo don Diego en la comedia de enredo de Agustín Moreto,
con ese escandaloso “lifting” que ha incendiado las redes sociales. Spottorno
es un lacayo del tinglado como antes fue un lacayo de Blesa en Cajamadrid.
¿Seguro que Spottorno desea cumplir “la
letra y el espíritu” de la futura Ley de Transparencia? Ca, hombre, ca. Es la
hora del crepúsculo y algunos se resisten con uñas y dientes a adentrarse en el
Huerto de los Olivos.
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