Se terminan las fiestas de
Navidad como un cirio que se apaga, y los aguinaldos y las comidas de empresa y
la campana sobre campana y cómo beben los peces en el río. El próximo martes,
ya pasada la Epifanía,
todo volverá a la rutina de siempre.
Pero hoy, sábado, 4 de enero, día en el que la Iglesia Católica encomia la
festividad de santa Genoveva Torres Morales, la monja cojita, falta aún por celebrarse la prevista comida de Durango
en el Kafe Antzokia. Cuando escribo estas líneas (son las 12 del mediodía) sólo falta media hora para se reúnan en un
antiguo matadero de esa localidad 63 terroristas excarcelados por la doctrina
Parot. Pretendes escenificar, no sé si mediante un performance, la unidad y la
fortaleza del Colectivo de Presos Políticos Vascos. Son presos todos los que
aún quedan a la sombra, pero de ninguna manera son presos políticos. En España
no hay presos políticos, como todo ciudadano sabe. Recuerda hoy el diario La Razón que “a ese acto
posiblemente acudan, entre otros, Domingo Troitiño miembro del ‘comando
Barcelona’, que cometió el atentado de Hipercor de Barcelona en el que
fallecieron 21 personas y otras 40 resultaron heridas; Jesús María Zabarte, el
carnicero de Mondragón, que acabó con la vida de 17 personas, entre ellas una
mujer embarazada, y Juan Carlos Arruti , alias ‘Paterra’, condenado a 1.285
años de prisión por una veintena de delitos relacionados con el terrorismo y
que planeó una auténtica masacre en 1989 contra la casa cuartel de la Guardia Civil de Llodio,
Inés del Río Prada, histórica etarra del ‘comando Madrid’, condenada a 3.828
años de prisión por un total de 24 asesinatos, José Antonio López Ruiz Kubati,
condenados por 21 asesinatos, incluido el de la etarra arrepentida Dolores
González Catarain, ‘Yoyes’, asesinada a punta de pistola en presencia de su
hijo de tres años, Gonzalo Rodríguez Cordero, que sólo ha cumplido veinte años
de prisión por 24 asesinatos, once de ellos militares; Juan José Legorburu
alias ‘Txato’, condenado a un total de 746 años de cárcel por 14 asesinatos, o
Javier Martínez Izaguirre, alias ‘Javi de Usansolo’, que hace apenas un mes fue
recibido con cohetes a su llegada al municipio vizcaíno de Galdakano”. Todos
ellos gozan de libertad merced a la polémica sentencia de Estrasburgo y ya pueden,
si así lo desean, sentarse en torno a una mesa, comer y beber, contar
chascarrillos e incluso hacer referencia a sus víctimas de modo parecido al de
los cazadores, cuando comentan el número
de perdices y conejos tomados a punta de escopeta. Eso sí, por lo “bajini” y
sin aparentar de cara a la galería hacer apología del terrorismo. El colectivo
de expresos de ETA ha “reconocido el dolor causado”. Ya tenemos, según el
“Astete”, dolor de corazón pero no sabemos si propósito de enmienda. Lo que no
puede haber es satisfacción de obra, es
decir, se puede devolver algo robado pero los muertos nunca vuelven a la vida.
El juez de la Audiencia Nacional,
Santiago Pedraz, ha autorizado la convocatoria como no podía ser de otra manera
en un Estado de Derecho. El acto ha sido calificado por el ministro del
Interior, Jorge Fernández, como de “aquelarre repugnante”. Es, a mi entender,
una opinión respetable siempre que Fernández la manifieste como ciudadano, pero
inaceptable si la expresa como miembro del Gobierno.
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