En el diario La Razón de hoy, sobre la
noticia “Rosario Porto podrá interrogar a su
exmarido”, aparece la fotografía de una rancia toga apoyada sobre una
silla de terciopelo rojo, con placa que no atino adivinar a qué grado pertenece
(al estar cortada la foto) y desastrados vuelillos en la bocamanga. Debajo, aparece
una acreditación sujeta con pinza a la
toga con la fotografía de esa mujer y donde pone “Rosario Porto. Abogada”. Marhuenda, actual director
de ese diario cavernícola, además de periodista en ejercicio es doctor en
Derecho. No comprendo cómo ha permitido que se publique en portada algo que
parece más el burdo ropaje de un espantapájaros que otra cosa. Los abogados en
ejercicio no llevan en la toga ni placa ni vuelillos en la bocamanga, al no
estar contemplado en el Acuerdo de 23 de noviembre de 2005 del Pleno del CGPJ
(BOE núm.302, de 19-12-05). Dicho en pocas palabras, la señora Porto puede y está
en su deber de usar toga durante sus intervenciones, pero de ninguna de las
maneras deberá lucir placa en lado izquierdo del pecho ni vuelillos en la
bocamanga. Para poder lucirlas, además de poseer la licenciatura en Derecho, “conditio sine qua non”,
hay que sufrir una muy dura oposición a la Judicatura o al Cuerpo
Superior Jurídico de Secretarios Judiciales. Marhuenda, autor de la frase
“Habrá que enseñar a las mujeres a no quedarse embarazadas” (La Sexta, 22.12.13), y de la
perla cultivada: “Yo tengo casa porque he estudiado y me la pago” (también en La Sexta, 9.2.13) al opinar
sobre los desahucios, nos enseña ahora desde el diario de su dirección cómo
será el “traje de faena” de la abogada y procesada Porto ante el Tribunal de
Justicia. Marhuenda, el otrora jefe del gabinete de Mariano Rajoy, que creyese
a pies juntillas al entonces reo De la
Rosa, el “muerto resucitado” que estuvo a punto de cargarse
el Grupo Ebro cuando el azúcar todavía era dulce ( o es que aquí ya nadie se
acuerda de cuando éste pagó al Santander
los intereses de un crédito personal, en julio del 94, para la compra del 8% de
Ebro con parte del dinero obtenido con la venta del 59% de la clínica New
Teknon) y al que le invitó a que “tirase de la manta” en aquella “ trama en la
que confluían fiscales justicieros, periodistas resentidos y políticos con oscuros
intereses”, se cree hoy en poder de la cuerda de trenzado y desprecia a todos
los periodistas que no piensan como él, salvo que éstos aparezcan en el canal
televisivo de la Cope,
que entonces se hace “el orejas”, se la envaina, achanta la muí y traga carros
y carretas. Aquí ya nos conocemos todos.
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