Hoy la Iglesia Católica celebra a los santos Emeterio y Celedonio, decapitados
en Calahorra y cuyas cabezas llegaron en un bote hasta Santander de forma misteriosa.
Esas cabezas cortadas están presentes en el escudo santanderino que,
curiosamente, representa la conquista de Sevilla por marineros cántabros al
mando del almirante Bonifaz en 1248. También está presente en ese escudo la
Torre del Oro con la cadena rota y una carabela sobre el río Guadalquivir. El
éxito de aquella empresa consistió en romper la cadena que unía un conjunto de
barcas (que unían esa atalaya entonces de un solo cuerpo dodecágono y almohade
erigido en 1220 fuera de las murallas de la ciudad en arrabal de Triana) cuya misión consistía cortar el paso a los
barcos enemigos. Posteriormente se le añadieron otros dos cuerpos: uno de
ellos, también de doce caras mucho más
estrecho, en el siglo XIV, y otro,
cilíndrico y rematado por una cúpula dorada, en 1760, aprovechando que se
arreglaron los desperfectos ocasionados por el terremoto de Lisboa ocurrido el
día de Todos los Santos, 5 años antes. Tras la conquista de Sevilla por las
tropas de Fernando III de Castilla, esa fortaleza fue utilizada como capilla
dedicada a san Isidoro y más tarde como prisión. Durante la revolución de 1868
sufrió importantes desperfectos al demolerse los lienzos de las murallas.
Volvió a restaurarse en 1900. En 1936 fue museo marítimo. En 1942 se volvió a
restaurar. Y en 1992, con ocasión de la Exposición Universal, la Torre del Oro
se hermanó con la lisboeta Torre de Belem. "La Torre del Oro" fue, también, el
nombre de una zarzuela en un acto con libreto de Guillermo Perrin y Miguel
Palacios, y música de Gerónimo[1]
Giménez (el autor escribía su nombre con “G”) estrenada el 29 de abril de 1902
en el Teatro Apolo de Madrid. En esa zarzuela, Rosalía es llamada Torre del
Oro, a la que su novio Paco la abandona por la cantaora Soledad. En la obra
sólo aparecen seis personajes: Rosalía, Soledad, Paco, el tío Pepe (dueño de la
venta), Sotero (pretendiente de Soledad), El Lechuza (jaleador de juergas), y
Antoñito el Retirado (palmero). Como nota curiosa, el nombre de Santander (en
cántabro Sanander) proviene del nombre de Portus Sanctorum Emeterii et
Celedonii, San Emeterio por evolución: Sancti Emetherii > Sancti
Emderii > Sanct Endere > San Andero > Santendere
> Santanderio.
[1] Una precisión: La J con sonido de Y
consonante procede del Griego Ierónimos, compuesto de dos raíces: Ieros =
sagrado + Onoma = nombre, o sea, “Nombre Sagrado”. El sonido de la I (Iota)
Griega ante vocal, está representado en Castellano por la Y consonante, como en
Yerena. La I (iota) Griega pasó a representarse en Latín como I
consonante, como J y como Hi, siempre con sonido de Y consonante
Castellana: Ieremías, Iésus y Hierónimo (filósofo rodo), y en Castellano,
como J en Jerónimo, donde la Iota Griega pasó a tener sonido de H aspirada.
Cuando la Iota se escribe con G, como sucede en Francés Gerome, y en el Inglés
Gerónimo, la G tiene sonido de Y consonante Castellana; de ahí procede la
confusión. O sea que la escritura y pronunciación correcta en castellano debe
ser Jerónimo.
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