lunes, 5 de marzo de 2018

Edulcorante autorizado




En un artículo en Público, PabloMM, comenta que “mientras Mariano Rajoy no sabía por qué le quitaron una calle a Salvador Moreno, ministro franquista y responsable del bombardeo de la carretera que unía Málaga y Almería durante 'la desbandá' (más de 100.000 civiles huían de las bombas), el holandés Guus Hiddink ordenó a su equipo, en 1992, que no saltara al campo hasta que se retirase de las gradas del estadio del Valencia una pancarta con simbología nazi. El primero es un presidente de Gobierno. El segundo, un mero entrenador de fútbol”. (…) “En este país, donde los Borbones llevan capa de superhéroe y la Transición fue modélica y ejemplar, nos hemos especializado en los relatos edulcorados, echándole colorete a nuestros pómulos adolescentes y unas cuantas capas de base en las arrugas de la historia”. (…) “Los fascistas están en las calles de Madrid, de Barcelona, de Valencia y de Sevilla, tanto como en las de Berlín o Viena, con la diferencia de que aquí cuentan con el colaboracionismo de los medios para disfrazarse con el traje de lo políticamente incorrecto. ¿Se imaginan una revista en Alemania donde la nieta de Heinrich Himmler posara junto a una de las propiedades robadas por su abuelo durante el Aryanising?”. Pues aquí la revista ¡Hola!  (Número 3.656,  de fecha 27/08/14)  no se cortó  un  pelo en fotografiar a la nieta mayor del dictador  en los jardines del Pazo. Pues bien, el Aryanising, para el que no lo sepa, consistía en hacerse cargo de los negocios de propiedad judía.  Y digo más: WirtschaftsWoche, la revista de negocios más importante de Alemania, ha publicado un listado de empresas punteras alemanas como Bosch, Mercedes, Deutsche Bank, Volkswagen, Bayer y muchas otras que usaron entre todas a unos 300.000 esclavos durante la época del Tercer Reich. La revista señala que la compañía Audi, que durante el período nazi era conocida como Auto Union, fue un gran explotador de personas de los campos de concentración, llegando a reclutar a unos 20.000 prisioneros en sus fábricas. ¿Cuántos presos políticos trabajaron gratis para determinadas empresas españolas? Ahora, los herederos de Franco, una vez muerta su hija, ponen precio al Pazo de Meirás. Yo no sé cuánto vale. La familia lo tasa en ocho millones de euros. Pero más importante que su continente lo es su contenido, quiero decir, la biblioteca privada de Emilia Pardo Bazán que permaneció virgen de lectura por alguien que bastante trabajo tenía con firmar “paseos” y dar largos paseos veraniegos por su finca con su amigo Pedro Barrié de la Maza, propietario del Banco Pastor y principal accionista de Fuerzas Eléctricas del Noroeste y de Astano, al que hizo conde de Fenosa el 1 de octubre de 1955 “’por su laboriosidad creadora industrial en Galicia”. Pero, ironías del destino, ahora acaban de quitar de su pedestal en Barcelona el busto de Antonio López y López de Lamadrid,  primer marqués de Comillas y destacado mecenas cultural. Estatua que con acertado criterio ya reclama para su tierruca Miguel Ángel Revilla, presidente de Cantabria.

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