jueves, 29 de marzo de 2018

Seamos serios



El párrafo 3 del artículo 16 de la Constitución Española señala claramente que España es un Estado aconfesional, lo que significa que ninguna confesión religiosa tiene carácter estatal. Francisco Fernández Marugán, Defensor del Pueblo, acaba de cuestionar la orden del Ministerio de Defensa para que la bandera de España ondee a media asta en todos los cuarteles y pabellones de la Armada por la “muerte de Cristo” desde las 14 horas del jueves, 29 de marzo, hasta pasadas las 24 horas del sábado, día 31.  En consecuencia, recuerda al Ministerio de Defensa el Real Decreto 684/2010 sobre honores militares, establecido desde que fuese ministra de Defensa Carme Chacón. “En consonancia con la tradición”, como se pretende justificar las banderas a media asta desde el ministerio que preside  Cospedal  es, a mi entender, una frase desafortunada además de rancia que produce escalofríos. Eso de “en consonancia con la tradición” me recuerda épocas pasadas sobre las que más vale pasar página. La mayoría de los ciudadanos con edades inferiores a 50 años no tienen constancia de cuando el demoledor aparato del régimen franquista, triunfador en la Guerra Civil y enemigo de las libertades, cruel en exceso aunque indolente, puso el sistema educativo en manos de la Iglesia Católica. La “santa tradición” fue en España durante más de cuatro décadas el sursuncorda de unos funcionarios del Cielo al servicio del Movimiento, donde Franco nombraba obispos y entraba en las catedrales bajo palio, donde la censura previa controlaba los libros y la prensa, donde hubo un “raro cambalache” delictivo en las adopciones de neonatos en los hospitales llevado a cabo entre médicos y monjas, donde se imponían por decreto las fiestas de guardar obligatorias aunque, muchas de ellas, fuesen recuperables, etcétera. Nadie con dos dedos de frente, al menos en Democracia, desea ser tutelado. Si el Hijo de Dios resucitó al tercer día, según señalan en el Nuevo Testamento los cuatro evangelistas, no parece necesario que cada año se empecine la ministra de Defensa en poner en los acuartelamientos y en los buques de la Armada banderas y pabellones a media asta. Si España es un Estado aconfesional,  respetemos la Constitución y seamos serios.

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