domingo, 7 de octubre de 2018

La venganza de los nietísimos




Válgame san Cojoncio la que ha montado Sánchez. Ha conseguido el efecto contrario  a lo que se propuso, y para ello no hay antídoto. Creía que con sacar la momia de Franco de la cripta de Cuelgamuros se cerraba de una vez por todas unas heridas que no terminaban de cicatrizar; y, de paso, las excursiones de turistas al Valle de los Caídos. Pues no. Con los gallegos de ningún modo se sabe cómo acertar porque nunca se sabe si van o vienen.  Ahí tienen a Inés de Castro, la gallega que reinó después de morir, enterrada en el monasterio de Alcobaça. Reza la leyenda que Pedro I mandó colocar el cuerpo de Inés en el trono, puso una corona en su cabeza y obligó a los nobles a besar la mano del cadáver. Esperemos que aquí la cosa no llegue a tanto. Ahora se ha puesto en marcha la “venganza de los nietísimos”. Conocedores de que  la Curia vendió la cripta de  la Catedral de la Almudena en parcelas, enterrarón ahí al marqués de Villaverde en 1998 y a la duquesa de Franco en 2017. Y ahora pretenden que los restos de su abuelo, si no queda otra, duerman el sueño eterno en el centro de Madrid, muy cerca del Palacio Real. Y como por el interés te quiero, Andrés, esa misma Curia se va a forrar cobrando entradas, como practica en el resto de catedrales. La Curia, cuando le interesa, mira para otro lado. Si no recuerdo mal, el Concilio Vaticano II especificó que no hubiese tumbas en los templos, y así se fijó en el canon 1242 del Código de Derecho Canónico de 1983,  que señala: "No deben enterrarse cadáveres en las iglesias, a no ser que se trate del Romano Pontífice, de sus propios cardenales u obispos diocesanos, incluso eméritos". Pero como la Curia para todo tiene recursos, podrá exponer en su descargo que la cripta no forma parte de la catedral. De hecho hay enterrada una reina consorte de España: Mercedes de Orleans, hija de los duques de Montpensier. Una reina que tuvo hasta copla de Quintero, León y Quiroga: “Una dalia cuidaba Sevilla / en el parque de los Mompansié, / ataviada de blanca mantilla / parecía una rosa de té”. Franco todavía no tiene copla, aunque podrían servir los últimos versos del “Romance de la Reina Mercedes”: “Te vas camino del cielo, / con un Borbón que te herede, / el pueblo se suelta el pelo / y el rey ya tiene consuelo / de ver cómo se mantiene”.

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