domingo, 14 de octubre de 2018

Sánchez, a andanada de sol



Elvira Lindo da en el quid de la cuestión en su artículo de El País. En el besamanos posterior a la parada militar del 12 de octubre hubo un claro error de protocolo. Dice Lindo: “Ya durante el desfile se había respirado el clamor de desafección: se escucharon gritos de okupa”. (…) “El rechazo es más profundo y visceral. Al igual que en Toma el dinero y corre, cuando la chica pretende explicarle a Woody Allen por qué lo deja tirado, yo le diría a Sánchez: no les gustas, te detestan, no pararán hasta desalojarte, pero no te lo tomes como algo personal. Y no lo es. Esta inquina responde a una vieja tradición de la derecha española, la de creer que mientras ellos ocupan legítimamente el poder, la izquierda lo okupa. Esa K no existía en la Segunda República pero sí el significado que hoy la asiste como insulto. Solo hay que leer a Arturo Barea en La forja de un rebelde para observar lo antiguas que son las dificultades históricas que ha tenido la derecha a la hora de aceptar el verse relegada a la oposición. A Sánchez le atribuyen falta de categoría, de clase, ambición desmedida, pero no era menos insultante lo que le gritaban a Manuel Azaña”. Y el colmo de la desvergüenza (si pudiese premiarse como si se tratase de la flor natural concedida al mejor poeta  en tiempos de Gabriel y Galán) está en el artículo de hoy en ABC de Sevilla, de Antonio Burgos. Su desprecio hacia Sánchez linda con la grosería con su artículo “Okupa” en Palacio. Sostiene Burgos: “Cuando Sánchez y señora se hicieron los remolones y se quedaron junto a Sus Majestades para hacer una probadita de Reyes por un día, hasta hubo quien picó. La presidenta del Congreso, Ana Pastor, picó, vamos si picó. Le pegó un saludazo al "okupa" de Palacio jugando a ser Rey como las pinturas de Tiépolo que decoran los techos del salón del Trono. Y porque la triste escena duró poco; si no este (sic), harto de estrechar manos, va y se sienta en el Trono para descansar un ratito. ¡Vamos que si se sienta! Así que mi felicitación al Servicio de Protocolo de la Casa del Rey, al señor atentísimo y resuelto que llegó y, como un acomodador de una plaza de toros a un colado o con entrada sin asiento, dijo al "okupa":  “Haga el favor de dejar esta localidad libre, que su entrada es de andanada de sol”. No es eso, no es eso.

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