La comisaría de papel

Ya me perdonarán los creyentes de lo sobrenatural, pero una noticia aparecida hoy en El Correo de Andalucía  produce en mi ánimo una mezcla de abatimiento y de risa. Dice: “Agentes de la Policía Nacional han detenido en Dos Hermanas a la presunta autora de un robo con fuerza en una iglesia de la localidad nazarena. Según ha informado la Policía Nacional a través de sus redes sociales, la autora de los hechos fracturó las cerraduras de los cepillos para llevarse el efectivo de los donativos que habían ido depositando los feligreses. Sin embargo, una rápida actuación de los agentes de Policía propició su detención in fraganti”. No sé, pero una vez leída esa noticia da la sensación de que la Policía acaba de detener a los responsables del atraco al tren de Glasgow. Lo que no se cuenta en la noticia es cuánta calderilla había dentro de los cepillos ni la edad que tiene la presunta amiga de lo ajeno, porque la foto aparecida en ese diario andaluz  indica que  el “botín” recuperado consta de unas monedillas de poco valor y de un billete de 10 euros. Uno, que ya tiene muchos años, todavía recuerda aquella “Comisaría de papel” de la revista satírica La Codorniz, donde siempre se terminaba diciendo que “por ser considerados delitos de menor cuantía, no es necesario que pasen a la jurisdicción de más altos y severos organismos”. Pues nada, propongo que el próximo año esos agentes policiales, que han descubierto a la autora de los robos de la calderilla de los cepillos con su rápida actuación, reciban la Medalla de los Ángeles Custodios, de la misma manera que este año las han recibido por méritos propios Cayetano R., agente de la comisaría de Triana ya jubilado, que sobrevivió a un tiroteo en San Juan de Aznalfarache y detuvo a Manuel Saborido Portales, alias Bombita; y Antonio H., herido grave en la persecución a un delincuente en el sevillano barrio de los Pajaritos. Para el que lo desconozca, la Asociación Santos Ángeles Custodios es una entidad de distinciones de mérito y amigos del CNP presidida por Francisco de Paula de Borbón y Escasany, duque de Sevilla, y vicepresidida por Álvaro de Marichalar.  A ambos policías se les entregó, además de la medalla, un diploma firmado por el presidente ejecutivo de la asociación, Diego de Guillamón, y por la secretaria general, Sofía de Borbón.

Nota al pie:

Propongo la lectura del blog de El Llanero Solitario y su chat “El condado de Cactus” (01/01/2019) para que los lectores pueda sacar sus propias conclusiones.  Bajo su escrito, aparecen dos comentarios: uno de un tal Francisco Jiménez, de fecha 14/01/19 donde se señala que “el que ha realizado este artículo es un auténtico delincuente resentido Podemita…”; y otro, firmado por micaballosilver, de fecha 20/01/19, donde se escribe lo siguiente: “Lo que aquí se escribe se escribe con conocimiento de causa, y aquí se quedará escrito hasta que un juez diga lo contrario…”. Personalmente me reservo mi opinión aunque, como bien dijese Publio Terencio Africano y reafirmó Miguel de Unamuno (en su ensayo “Del sentimiento trágico de la vida”),  nihil humani a me alienum puto. Que cada palo aguante su vela.