Es curioso, también peligroso, poder observar cómo
la red de carreteras dependiente de las diputaciones provinciales varía su
firme asfáltico en la lindera de cada provincia. Y eso se nota especialmente
cuando los aragoneses traspasan las demarcaciones regionales cada vez que se
dirigen a las playas mediterráneas, o se penetra en la rica Comunidad Foral de
Navarra. La diferencia, tanto en el firme como en la señalización, es
considerable. Ello viene a cuento con algo que leo hoy en El Correo de Zamora. En este caso se trata de un agravio
comparativo entre dos provincias de la misma Comunidad Autónoma, es decir, de
Castilla y León, donde existe un pueblo zamorano de 141 vecinos enclavado en la
comarca de Tierra de Campos, San Miguel del Valle, que linda con el pueblo
vallisoletano de Roales de Campos, ambos conectados mediante un puente por el
río Cea. Se da la circunstancia de que ambos municipios conectan caminos agrícolas para que
los cultivadores puedan llegar con tractor hasta
sus fincas a trabajar con vía en ambos sentidos. El alcalde de San Miguel del
Valle, Julio Hueso, del PSOE, se
queja de esos agravios comparativos y le han llevado a tomar la decisión de
intentar escindir el pueblo zamorano que
él preside, mediante los cambios burocráticos necesarios, para que pueda pasar
a pertenecer a la provincia de Valladolid, tarea que no parece sencilla. Entre
tales agravios, Hueso se lamenta de que en Roales de Campos cambiaron todas las
tuberías de una vez, mientras que en San Miguel del Valle siguen con tuberías
de uralita y que “con lo que nos da la Diputación Provincial sólo nos llega
para cambiar 200 o 300 metros cada año”; y añade ese alcalde que "la
mayor parte del presupuesto lo reparten entre los ayuntamientos del Partido
Popular. El resto, como si no fuéramos zamoranos”. Según la Diputación Provincial de Zamora, la “pataleta”
del alcalde Hueso parte de cuando el ayuntamiento que preside Hueso perdió
dinero del Plan Municipal de Obras (2016-17) al no responder a los
requerimientos de la Diputación Provincial de Zamora, en los que se preguntaba al Consistorio qué parte de la obra
se había ejecutado con arreglo a la subvención y qué parte no. La presidenta de
la Diputación Provincial, Teresa Martín Pozo, niega que hubiera
motivación política alguna en una decisión que se tomó de acuerdo con todos los
informes de los técnicos y de la interventora de la Institución. Hueso también
se quejaba de que el puente sobre el río Cea se encuentra destartalado y que
sólo tiene murete lateral la parte correspondiente a Roales de Campos. A ello
se dio contestación desde la Diputación Provincial de Zamora indicando al
alcalde Hueso que dichos arreglos eran competencia de los ayuntamientos. En
resumidas cuentas, bueno es que sobre los casi deshabitados pueblos de España
se diga algo alguna vez, aunque sea para mal. El paisanaje anda revuelto en el
paisaje por culpa de la desidia, que todo lo descarría, y hasta pudiera darse el
caso de llegar a un contencioso entre pueblos rivales de Carpetovetonia por
culpa de una lata de mantecadas de Astorga, o por la instalación de un lupanar,
o de una tahona, o de un estanco, en la
raya de dos territorios. Cuando se abre el testamento siempre principian las
riñas…
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