Un fino con solera

 

Me entero de que el Real Alcázar de Sevilla ha sido testigo mudo de la presentación en  sociedad por el enólogo de esa bodega, Antonio Flores,  del fino “Tío Pepe en Rama 2022”, en compañía del violinista flamenco Paco Montalvo, en presencia del alcalde Antonio Muñoz Martínez. De ese vino jerezano, esplendoroso y salvaje, se han elegido para la saca de este año 96 botas. Se trata de un vino embotellado “en rama”, directamente sacado de la bota sin filtrar ni clarificar. Según Antonio Flores, “en nariz es complejo, muy punzante y muestra aromas a almendras, limón, flores marchitas, salinos y minerales”. Su precio en bodega ronda los 16’50 euros. Esa bodega fue fundada en 1835 por Manuel María González en Jerez, asesorado por su tío materno José Ángel de la Peña, al que toda la familia le conocía como tío Pepe. De la Peña aconsejó a su sobrino que apostase por los vinos “pálidos” a los que intuía un gran futuro. Fue un siglo más tarde cuando a Luis Pérez Solero, alma de aquel negocio pujante se le ocurrió vestir a las botellas con trajes típicos andaluces, es decir, con chaquetilla roja, sombrero negro y guitarra. Un cartel luminoso con neón sería colocado sobre la azotea del edificio del portal número 1 (Fonda de París, desde 1864) de la madrileña Puerta del Sol, en 1935. Comprado el edificio por una multinacional (Vodafone España) a finales de los 80, el anuncio fue desmontado de su azotea en 2011. Pero el entonces alcalde, Alberto Ruiz-Gallardón, acompañado por los representantes de las Bodegas González Byass, participó en un acto simbólico donde se prometía que el histórico rótulo permanecería en la plaza. El Ayuntamiento, manteniendo su promesa, concedió la legalización solicitada por González Byass en julio de 2009, al reconocerle su condición de “rótulo publicitario histórico”. Y el “sol de Andalucía embotellado” volvió a lucir de nuevo frente al “kilómetro 0”, origen de las carreteras radiales. Aquel anuncio publicitario volvió a ser colocado en otro edificio de la misma plaza, ahora en la azotea del número 11, esquina a Preciados y frente a la Real Casa de Postas, más tarde Gobernación, y que en la actualidad ocupa la sede de la Comunidad de Madrid.  Por cierto, hubo un  torero que en cierta ocasión brindó un morlaco al “Tío Pepe” de un anuncio situado en la plaza de toros. Me refiero a Ventura Núñez, conocido en los carteles taurinos como Venturita (1910- 1974). Tomó la alternativa en Valencia el 18 de marzo de 1936 de manos de  Domingo Ortega, con toros de la Ganadería Villamarta (Álvaro Dávila y Agreda). Renunció a la alternativa para actuar otra vez de novillero, tomando otra alternativa en El Puerto de Santa María,  a la que también renunció, actuando por última vez como novillero en su tierra natal, el 7 de junio de 1959.