martes, 19 de diciembre de 2023

¿Curioso contrasentido, dice usted?

 



Hoy Ussía, en su artículo en El Debate, “Ansias de marquesado”, nombra hasta la hartura a Muñoz-Seca, cosa que me parece bien tratándose de su abuelo. Pero lo que no comprendo es la inquina que manifiesta hacia Rafael Alberti. Le describe como ”comisario de las Letras de Stalin en España” y añade que “no movió un dedo por salvar a su abuelo”, refiriéndose a su detención en Barcelona, su traslado a Madrid y su posterior fusilamiento en Paracuellos de Jarama. Al referirse a Miguel Hernández, Ussía dice que “era comunista y de izquierdas, además de buena persona -curioso contrasentido-.” ¿Curioso contrasentido, dice usted? ¿Acaso no se puede ser de ideas progresistas y buena persona a la vez? Yo no sé que ingiere ese plumilla cada mañana para sentir tanto desprecio y odio hacia todo aquel que no piensa como él. Tampoco comprendo cómo el director de ese medio, Bieito Rubido, que antes fuese director del diario ABC, consiente que pueda escribirse ese tipo de sandeces. A las personas, a mi entender, no hay que medirlas con el rasero de su ideología. Se puede ser ateo y buena persona y se puede ser creyente y sátrapa a un mismo tiempo, del mismo modo que se puede ser de izquierdas o de derechas, blanco o negro, alto o bajo, cojo o manco, listo o lerdo, serio o jocoso… Lo que le sucede a Ussía es que tiene el pozo de sus ideas más seco que el coto de Doñana y que, como necesita seguir escribiendo para poder sobrevivir,  tiene que enviar un artículo diario a ese periódico digital plasmando desde ripios hasta rancios recuerdos, unos supuestamente vividos por él y otros inventados, o puestos en boca de ganso, es decir, repitiendo conocimientos ajenos que conoce de oídas y que aburren hasta a las ovejas; verbigracia, desde que jugaba al tenis en San Sebastián con Esperanza Aguirre hasta cuando Juan de Borbón, que pretendía ser rey y afortunadamente nunca lo fue, se hospedaba en casa de sus padres, o cuando dice que trabajó para un tal Garrigues, o cuando cuenta que militó de cabo primero, o cuando en un viaje a Estoril...,¡uf, cualquier día, ya verán, nos describe el argumento de la película "El prisionero de Zenda". ¡Ya ve usted qué cosas! Pero no pasa nada. Ya lo dice la paremia de origen bíblico: “Por sus frutos se conoce el árbol”.

 

No hay comentarios: