viernes, 1 de diciembre de 2023

Pavana para una dama-cadete

 

El Ayuntamiento de Zaragoza que dirige Natalia Chueca, del PP, con la ayuda de Vox, ha decidido “bautizar” el auditorio zaragozano construido en tiempos del socialista González-Triviño con el nombre de la princesa Leonor. No tengo nada en contra de la princesa de Asturias y heredera al trono de España, aunque entiendo que todavía esa dama no ha hecho méritos suficientes como para dar al auditorio su nombre. La propuesta municipal se me antoja como una manera cortesana de dorar la píldora a alguien cuyo mérito, hasta el momento, ha consistido en ser una dama-cadete en la Academia General Militar, como hicieron en su día tanto su padre como su abuelo. Aunque ya puestos, también podría llamarse el auditorio “Príncipe Baltasar Carlos”, en memoria del malogrado príncipe de Asturias fallecido en Zaragoza, en el Palacio Arzobispal, el 9 de octubre de 1646, hijo de Felipe IV  y de Isabel de Borbón, heredero universal de todos los reinos, Estados y señoríos de la Monarquía Hispánica e inmortalizado en un lienzo de Velázquez. Su cadáver se trasladó al  Monasterio de El Escorial para ser enterrado, pero su corazón se guardó dentro de una pequeña caja carmesí con galón de oro, depositada aún hoy en el presbiterio de la Seo, en el lado del evangelio detrás de una piedra de mármol. El problema surgió al tener que buscar un heredero. Felipe IV decidió casarse en Navalcarnero con la prometida de su hijo recién muerto de viruela, Mariana de Austria, que además era su sobrina y solo tenía 12 años. Más tarde se convertirían en padres de Carlos II, el último monarca de la dinastía Austria. Me gustaría preguntarle a la alcaldesa Chueca si es conocedora de lo que aquí describo. La actual alcaldesa fue directora de marketing de “Imaginarium”, la juguetera que entró en liquidación en junio pasado con una deuda de más de 26 millones de euros por una mala gestión. Y es que, como dijo Calderón de la Barca, casa con dos puertas (aunque una puerta sea para adultos y otra para niños) mala es de guardar. Hoy los reinos que componen España son más reducidos que en tiempos de Felipe IV. La merma del 98 todavía algunos no la han digerido del todo. Lo del Sahara solo fue la guinda del pastel. Tampoco han digerido la posterior Ley de Memoria Democrática, algo que habría que preguntarles a los militantes del PP,  de Vox y del PAR, a los que tanto alivió la amnistía del 77 tras el perdón de muchos asesinos, algunos de lesa humanidad, entonces todavía vivos y que echan ahora chispas con la amnistía auspiciada por Sánchez cuarenta y seis años más tarde en un intento de calmar los ánimos de un amplio sector catalán y de poder gobernar, si le dejan.  Pregona a la rosa de los vientos la derechona intransigente que “España se rompe” como aquel juguete roto que entró en liquidación, entre otras cosas, por la mala gestión de  su marketing, manejado presuntamente por la que ahora quiere dar nombre a un auditorio a mayor gloria de los Borbones y entregar dinero de los esquilmados ciudadanos (un tercio total de las obras) para construir una nueva Romareda, que pueda seguir encajando goles un equipo de Segunda División tras su venta a varios inversores americanos. Como dijo Romanones: "¡Joder, qué tropa!".

 

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