La Agencia Tributaria
exonera a la infanta de fraude fiscal. Comenta el diario ABC que “a diferencia
de su esposo, Cristina de Borbón tributó religiosamente (¿) todos sus ingresos,
tanto los de su trabajo en la
Fundación de La
Caixa como el dinero que hasta hace meses recibía de Zarzuela
como asignación por participar en actos en representación de la familia real”.
Sigue diciendo que “la tesis que comparten Hacienda y Fiscalía es que sí que
hubo un fraude y que éste se cometió a través de Aizoon en los ejercicios 2007
y 2008. Pero ese delito (el de rebajar el tipo impositivo por declarar como
impuesto de sociedades y no por IRFP los trabajos de Urdangarin para Motorpress
Iberica, Aceros Bergara, Mixta África, Pernod Ricard, Havas Sports France y
Seeliger y Conde) lo cometió exclusivamente el duque”. Vale, me lo creo. Pero
si ambos, Urdangarín y Borbón estaban en régimen de gananciales, ambos se
beneficiaron del fraude de uno de ellos. Señores: tengo anginas y no trago.
¿Quién nombra a la Fiscalía?
¿Qué hubiese sucedido en una familia corriente? ¿Qué hubiera dicho la Agencia Tributaria
en el caso de los señores de Pérez, o de Gómez? ¿Adoptarían el mismo criterio
que con los duques de Palma? Seguro que no. Yo hasta pongo en duda, visto lo
visto y lo que queda por ver, que España sea un Estado de Derecho. Aquí sobran mangantes y falta valentía.
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