Cuenta
Luis María Anson en El Mundo que un comensal socialista le
comentó en la sobremesa de un restaurante madrileño que Sánchez actúa como un actor en una película y que su papel asignado
no es otro distinto que el reproducir las hechuras de un presidente del
Gobierno. A ese socialista creo que podría ponerle nombre y apellidos sin mucho
esfuerzo, pero no diré su nombre por recelo a patinar en el resbaladizo caramelillo.
Quiero pensar que se trata de ese Judas
Iscariote que va a las tertulias de radio y desbarra hasta la grosería. Por
su condición de desleal e insidioso le llaman los locutores que dirigen
tertulias al servicio de la derecha, para que suelte carrete en mor de la
afición. Pero bueno, dejémoslo ahí, que ya nos conocemos todos: los que
zarandeamos el dial cada mañana y los que hablan ex cathedra,
con infalibilidad papal pero al estilo de como lo hacen los sacamuelas, o sea,
sin autoridad ni rigor. Y sus subjetivas
peroratas calan en los débiles cerebros de los radioescuchas y siembran
discordia, que es de lo que se trata. En un país de carpetovetónicos “cabreados”
(donde pululan los misarios corniveletos con el aliento apestando a caries de
portera y menado agua bendita), el camino parece llano. Y llega la
pregunta de Anson: “¿O sea que tú crees que no lo está haciendo bien?”. “Todo,
todo, es puro teatro”, le contesta el interlocutor. “Eso significa que carece
de autenticidad”, le replica Anson. Y el interlocutor se viene arriba y
descarga su carabina con tiros de posta: “Pues claro, querido Anson, perdió abrumadoramente y por dos
veces las elecciones, ganó las primarias de refilón gracias a las
incongruencias de Susana, aceptó el
abrazo del oso para superar la moción de censura, se
instaló en Moncloa con 84 escaños y, en lugar de convocar
inmediatamente elecciones, puso en marcha la operación de imagen que tenía
preparada, con un Gobierno de mujeres, la renovación de todos los cargos, la
colocación de su entorno en las empresas públicas y la mano tendida a Quim Torra, que le ha tomado el
brazo”. No cabe duda de que unos ya están de lleno en el labrantío y otros tomando
medidas a la necesaria pinza.
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