El
presidente del Gobierno aragonés, el socialista Javier
Lambán, en un "rasgo de valor" más allá de la exigencia del deber, durante la
sesión de control al Gobierno en las Cortes (según lo leído en El Periódico de Aragón) “consideró una temeridad reformar el
Estatuto de Autonomía antes que la Constitución en este aspecto. Y recordó a la
formación naranja que pese a que quieran hacer bandera del aforamiento, es un
tema que se debatía desde mucho antes de que llegase la nueva política. El
presidente consideró que en este asunto hay que huir de la demagogia, que puede
inducir a la ciudadanía a pensar que el aforamiento supone impunidad para los
políticos”. (…) “Lambán, en sintonía con Sánchez, sería partidario de desligar la protección de los delitos
que se cometan en la esfera privada y la pública, porque en estos últimos,
considera, alguna protección tiene que haber. Si no, se facilitaría la
proliferación de querellas que, aunque acabasen con el denunciado declarado
inocente, la opinión pública ya le habría aniquilado”. ¿Acaso tiene Lambán rabo
de paja? Pero es que resulta que es en la esfera pública y no en la privada
donde se están cometiendo los actos de corrupción más ignominiosos. ¿Es ahí
donde “alguna protección” hay que tener? Creo que al “susanista” Lambán se le va la pinza. Pretende aplicar la “corbata
invertida” de Félix Lambán Ventura,
el “León de Ejea”, cuando mantiene
que hay que seguir aforado en “asuntos políticos” aunque no en “la esfera
privada”. Pero un político en ejercicio lo es, al menos que yo sepa, las
veinticuatro horas del día, como lo son un cura, un policía nacional o un ministro. Corríjanme si me equivoco.
No hay comentarios:
Publicar un comentario