domingo, 15 de diciembre de 2019

Con el muñón en el barril



Tengo la manía de leer cada día el santoral del taco de calendario. Hoy me ha sorprendido leer, entre otros, el nombre de María Crucificada de Rosa y he tenido que buscar  en uno y otro sitio por saber quién había sido esa mujer elevada a los altares. He sabido por fin que fue una religiosa y enfermera de Brescia nacida en 1813, que dedicó su vida al servicio de los pobres, que fundó la Comunidad de las Siervas de la Caridad y que murió un día como hoy en 1855. Se acaba el año, seguimos sin Gobierno y, al menos en mi caso, sin haber comprado todavía las tabletas de turrón y las botellas de sidra “El Gaitero”, ese champán de los pobres imprescindible en la cena de Nochebuena. Como digo, seguimos sin Gobierno, pero Pablo Iglesias, en un arranque de valentía sólo comparable a cuando Churruca  perdió una pierna en la batalla de Trafalgar y colocó su muñón en un barril de harina para mantener el equilibrio y seguir dando órdenes de ataque contra los navíos ingleses hasta morir desangrado, ha dado a entender, no sabemos si por el bien de España, que preferiría no ser él vicepresidente del nuevo Gabinete, que optaría a que lo fuese Irene Montero, la mujer con la que comparte vida, colchón y casoplón en La Navata. ¡Chupa del frasco! Antonio Maestre dice hoy en Eldiario.es que “viene una generación en España de hombres jóvenes adoradores del fascismo”. Aprovechando que la mañana ha salido soleada, me voy a acercar hasta las orillas del Ebro, con las precauciones necesarias por venir crecido, por ver cómo beben los peces en el río.

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